Cuando se vuelvan a sentar a la mesa de negociación el próximo 2 de abril en Cuba, los delegados del Gobierno y las Farc tendrán el reto de finalizar los acuerdos del primer tema sobre tierras para cumplir con la celeridad que anuncian ambas partes y avanzar en la agenda.
Al finalizar el séptimo ciclo de los diálogos, ayer, había expectativa por conocer un posible acuerdo tras cuatro meses de discusión. Y también por el interés manifiesto de pasar al tema sensible de la participación política, para conseguir un acuerdo de paz antes de acabar este año.
Pero el jefe negociador, Humberto de la Calle, reconoció que "todavía hay pendientes varios desacuerdos". Aún así, intentó transmitir optimismo, consciente de que la celeridad aún no se ve: "Dentro de dificultades propias de temas tan complejos, las conversaciones avanzan dentro de lo previsible, aunque quisiéramos avanzar más rápido".
De la declaración del equipo de Gobierno en La Habana también quedó claro el esfuerzo por despejar los temores surgidos por propuestas polémicas de las Farc, como desmilitarizar las zonas rurales, reformar las Fuerzas Militares o formalizar 9,5 millones de hectáreas en Zonas de Reservas Campesinas.
Sobre estas zonas, de la Calle consideró la propuesta de asociaciones campesinas como una iniciativa que puede mejorar la productividad del campo y ayudar a campesinos pobres. No obstante, advirtió que "no son instrumentos de división de nuestra sociedad rural y no pueden estar dotadas de autonomía política e institucional, sino tener presencia plena del Estado".
La aclaración se da antes del comienzo hoy, en San Vicente del Caguán, del encuentro nacional de las asociaciones campesinas que buscan formalizar estas zonas. Los voceros de la guerrilla anunciaron su participación, que será virtual.
César Jerez, vocero de las reservas campesinas, insiste en que la iniciativa no es autoría de las Farc, que no se pretende crear "repúblicas independientes" y que "favorece el acceso a tierras al campesinado pobre y lo protege ante el crecimiento de latifundios (proyectos agroindustriales) y la minería".
La agenda no se amplía
El jefe negociador del Gobierno también reiteró "que no se desmilitarizará ni un centímetro del país, ni se discute la doctrina de nuestras Fuerzas Militares, ni la creación de un impuesto para las empresas minero-energéticas, ni las regalías o la renegociación de la deuda externa".
Además, insistió en que la negociación se limita a los cinco temas de la agenda preacordada.
Según analistas como Alfredo Range l, el Gobierno pretende que no se dilaten los diálogos y que las Farc introduzcan asuntos que son "inaceptables en una economía de mercado o reformas del modelo político, que si se rechazan, la guerrilla aproveche para señalar al Gobierno de inflexible y de no querer la paz".
En el receso de Semana Santa el país volverá a orar por la paz.
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