Para ellos no existen las palabras límites ni fracaso. Por eso, aunque están con deudas hasta el cuello George Wright y Scott Lomu llegarán al punto de arriesgar sus vidas con tal de devolverle a su familia la tranquilidad económica y darles una mejor calidad de vida, gracias a la extracción del oro.
Poco o nada saben del negocio y menos cómo se mueve en las selvas de Ghana, África, en donde el peligro acecha de manera permanente y donde los nativos tienen que ceder ante el más fuerte.
Desde Utah, Estados Unidos, George y Scott, cuentan detalles de su aventura en busca del oro.
¿De quién o de dónde surge la idea de ir a África en busca de oro?
En el año 2008 nuestro negocio como agentes inmobiliarios se vino abajo. Y hacia finales del 2009 Scott vino con la idea de África porque su suegro había estado en Ghana y le sugirió ir a comprar oro y venderlo. En mayo de 2010 llegamos por primera vez a Ghana y luego de una semana nos dimos cuenta que eso de comprar y vender no era tan sencillo. Pero no teníamos más opciones, estábamos en un punto de no retorno y la minería era la única opción. Ghana nos ofrecía esa oportunidad y la tomamos.
¿Cómo fue ese cambio de la cultura americana a las costumbres de África?
Las dificultades fueron numerosas en diferentes niveles. Lo primero, es que ni George ni yo (Scott) somos mineros, era entender cómo funcionaba todo porque éramos dos simples jóvenes tratando de cuidar a nuestras familias. Además, hacer negocios en EE.UU.
no es lo mismo que hacerlos en África, es muy diferente, en eso entra en juego el tema cultural y especialmente, cómo interactuas con el otro. Además, éramos un par de occidentales, en un territorio ajeno, extrayendo oro y ellos con ganas de obtener algo de lo nuestro. También fue lograr acuerdos con los campesinos, con los propietarios de tierra, con jefes, con el gobierno y con cada uno las condiciones son diferentes, pues además del clima, están las serpientes y los que te quieren robar. Para enfrentar eso hay que ser flexibles, de nada sirve tener ideas preconcebidas.
¿Cuál fue la reacción de sus esposas al anunciar su aventura por África?
Cuando socializamos la idea, a mi esposa no le gustó porque su padre había perdido US$1.5 millones en un negocio relacionado con oro. Y aunque ya llevamos tres años en esto, para ella no ha sido fácil. George y yo tenemos hijos pequeños, él tres y yo cuatro, todos menores de 9 años. Les ocultamos muchas cosas peligrosas de nuestra labor y cuando vieron el programa, conocieron la realidad. Sin embargo, ellas nos han apoyado y eso nos anima a seguir.
¿Es una serie de mineros o de padres de familia desesperados?
No es solamente sobre cómo se busca oro, sino como un par de amigos unidos por la adversidad, se cuidan, se apoyan y trabajan por un mismo propósito: la familia.
¿Han logrado pagar sus deudas?
Por fortuna nos ha ido bien, en la dirección correcta, pero todavía tenemos deudas. Seguimos trabajando y vamos a hacer lo que sea posible para crecer y traer a casa los recursos suficientes para cuidar de nuestras familias.
¿Es el dinero lo más importante en la vida?
El dinero es solo un medio para un fin. El oro es dinero y es el sueño de muchos que creen que es fácil. Este es un trabajo para nosotros, que nos permite cuidar de nuestra familia. Ambos, que somos mormones, reconocemos que no es bueno amar el dinero, pero también tenemos que pensar en el futuro de nuestra familia, que para nosotros es lo más importante.
¿Qué lecciones aprendieron de la gente de Ghana?
Después de tres años de estar trabajando en Ghana, hay muchas lecciones. Una de ellas es estar tranquilo y dejar que las cosas sucedan y muchas veces las cosas no ocurren como uno desea; pero ellos tienen esa habilidad. Eso lo aprendimos, así como a estar tranquilos en todas las circunstancias. Además, aprendimos su gratitud. Muchas veces ellos solo tienen para comer una vez en el día y no tres, como muchos sí lo hacemos, sin embargo, son personas que están siempre felices.