La movilidad, la seguridad y el empleo urbanos son cada vez más los temas que predominan en la discusión y preocupación ciudadana en varias ciudades Colombianas y se requieren soluciones inmediatas, rápidas y efectivas. En el caso de la movilidad, la observación de los problemas cotidianos indica que podemos actuar rápidamente en soluciones efectivas como las siguientes:
En primer lugar, cuando chocan dos o más vehículos, la costumbre imperante es la de de inmovilizar en el sitio de colisión los vehículos hasta que llegue la autoridad a hacer el croquis, sin importar que sea una simple abolladura o “rayón”. Esto causa unos “tacos” o “trancones” infernales. Gran número de ciudadanos cuenta con teléfonos celulares con cámaras y podría reportar con fotografías y una filmación del incidente a una central de recepción, que recogería todos los datos tanto filmicos y fotográficos como de los documentos de los afectados; podríamos preparar “ciudadanos ejemplares” o cívicos, con la autoridad de hacerlo. Los casos de accidentes en los cuales las personas resultan heridas o afectadas en su integridad corporal se dejarían para las autoridades. Lo anterior requiere que las empresas de seguros y los conductores modifiquen sus costumbres y sobre todo su desconfianza en el otro.
En segundo lugar, especialmente en el caso de Bogotá, aunque ya se asignaron grandes contratos para la recuperación de los pavimentos de las vías por zonas, aún sigue siendo un gran problema el tránsito lento por muchas calles secundarias debido a los huecos y el mal estado del pavimento. Podríamos agilizar esto si todo propietario predial que tenga frente a este una vía en malas condiciones puede invertir en el arreglo de su segmento, con especificaciones y valor autorizados por la secretaría de movilidad, respaldado por una autorización y registros electrónicos bajo un esquema supervisado por universidades cumpliendo el “semestre social”. El ciudadano podría deducir de sus impuestos este valor.
En cuarto lugar, debemos garantizar el respeto por los paraderos; el ciudadano de a pie debe asumir la actitud cívica de parar los buses y busetas, así como los taxis, en los paraderos. Requerimos construir o reconstruir los paraderos y ejecutar campañas cívicas de incentivo y sanción ejemplarizante a los ciudadanos en ese sentido.
En tercer lugar, recientemente en bogotá se han señalado los “colectivos piratas” que son taxis y pequeñas busetas, que se estacionan en sitios estratégicos y llevan varios pasajeros, sin contar con todas las autorizaciones. Mientras se implantan los sistemas masivos, deben estudiarse e integrarse al sistema de movilidad en vez de combatirse; Los bicitaxis en el sur de bogotá sirven de “alimentadores menores” y generan oportunidades de ingreso y por lo tanto merecen estimularse a cumplir normas y reglas mínimas de atención al usuario. Es muy caro para alguien pobre no contar con movilidad para llegar a su trabajo o a su casa.
En quinto lugar, muchos vehículos continúan con emisiones fuertes de contaminación. Se requiere una campaña mas agresiva de control que igualmente debería contar con las Universidades; los estudiantes de ingeniería ambiental y química deberían participar en la ejecución de los programas de supervisión vehicular con un alto índice de rectitud y profesionalismo.
Todas las medidas anteriores son de corto plazo y no excluyen las medidas de fondo, de mediano y largo alcance. Al practicarlas servirán mucho para agilizar el flujo automotriz. Los Universitarios, en cumplimiento de su “semestre social”, podrían codiseñarlas y gestionarlas con fuerza y entusiasmo que los entrenaría como mejores ciudadanos.
Requerimos que las universidades se comprometan más con el tema urbano.