Esta semana participé en el IME, una institución educativa de Medellín que está cumpliendo 25 años, con el profesor y periodista Octavio Gómez, en una conferencia sobre periodismo.
Al final de la charla, dos periodistas me hicieron estas preguntas: "¿De qué manera las redes sociales están incidiendo en el periodismo? ¿Cree usted que Twitter lo está desplazando? ¿Qué opina del uso que le dan actualmente los medios de comunicación?".
Un poco de historia. Twitter es una red social surgida en 2006 en Estados Unidos. Dos años más tarde contabilizaba 45.000 usuarios, a partir de 2009 aumentó el número a 75 millones y hoy casi duplica esta cifra. La interfaz en español lleva poco más de un año.
Esta red social es la de mayor crecimiento en la actualidad. Millones de personas la usan en todo el mundo, entre ellas destacados políticos, artistas y personalidades públicas.
La usabilidad y la calidad de los usuarios y seguidores la hacen cada vez más atractiva para los periodistas y los medios de comunicación. "El periodista que, ya sea por desconocimiento o por desdén, da la espalda a las redes sociales, no está desempeñando bien su trabajo...", afirma Ramón Salaverría, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.
Apenas se divulgan las primeras investigaciones sobre cómo nos afectan las redes sociales y qué consecuencias conlleva el uso en los medios de comunicación.
En febrero de este año, en Périgord, Francia, cinco periodistas de radio se encerraron durante una semana en una granja, conectados con el mundo sólo a través de Facebooky Twittwer . Los comentarios de esta experiencia la compartían cada día en un blog.
Benjamín Muller, uno de los periodistas, expresó que "...pensaba que esas dos redes no bastaban como fuentes de información con las que podían seguir y comprender la actualidad. Pero por otro lado reconocía que desde ellas, a través de amigos y contactos, se tenía un acceso potencial a toda la información", comenta Jacinto Lajas, en su blog.
Agrega el mismo autor: "La conclusión era que si bien los medios tradicionales son necesarios para estar bien informados, las redes sociales son su complemento. Los unos nos ayudan a saber, las otras a comprender".
Otro periodista que tomó parte en esta experiencia, Nour-Eddine Zidane, concluía que "si bien Twitter puede ser una caja de resonancia extraordinaria para lo mejor, también puede serlo para lo peor".
El uso de las redes sociales, principalmente las dos mencionadas, es cada vez más frecuente: para conocer qué está pasando afuera de las salas de redacción y como fuentes de información, propiamente.
Aquí surgen preguntas sobre la responsabilidad del periodista. Pienso que la advertencia es igual que para otros tipos de fuentes. Lo primero es verificar si el usuario es real o se trata de una suplantación. En segundo lugar, la información debe ser corroborada y contrastada, para garantizar la imparcialidad y la pluralidad que demandan los lectores, oyentes y televidentes, en una palabra el ciudadano.
La validez y calidad de la fuente están en relación directa con el autor que puso la información o la opinión en la red.
En la próxima columna continuaré la reflexión sobre estos asuntos, propios del auge de internet y las redes sociales.
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