La Corte Suprema de Justicia termina el año con un aire de malestar. La renuncia de Jaime Arrubla a la Presidencia, tras casi 11 meses de discusiones sobre quién ocuparía el cargo en propiedad, tejió un manto de duda sobre la forma en que el cargo se está asignando.
Para algunos expertos consultados por Colprensa , la renuncia de Arrubla por quebrantos de salud es entendible, a pesar de haber sido el hombre que persiguió, durante todo el año, su nombramiento en propiedad. Para otros, se trata de una "jugada" que permitiría a varios el beneficio de recibir el pasaporte diplomático.
El expresidente de la Corte Constitucional José Gregorio Hernández, consideró que estas decisiones no generarán ningún impacto en la corporación.
"No causa ningún traumatismo. Es normal que cuando el presidente elegido tiene problemas de salud o tiene que ausentarse por algún motivo, se proceda a elegir a un nuevo presidente", dijo.
Hernández explicó que estos nombramientos son acordes con el reglamento de la corporación.
"Creo que la Corte ya ha cumplido con sus tareas que correspondían a su función electoral de aquellos cargos. A partir del próximo año entra en lo que corresponde a su misión jurisdiccional. No ha habido ningún paréntesis", indicó.
El también expresidente de la Corte Constitucional Alfredo Beltrán afirmó que ante los aparentes quebrantos de salud del magistrado Arrubla, era razonable que él tomará esa determinación.
"Es razonable que Arrubla quiera estar librado de la responsabilidad de ser presidente de la corporación en esta temporada de vacaciones, para dedicarse al descanso en su condición de presidente, pero no de magistrado", conjeturó.
Explicó "que la Presidencia de la Corte implica una representación permanente y es muy probable que aún estando en vacaciones, tenga que asumir posiciones en nombre del tribunal".
Beltrán no consideró que se haya incurrido en una situación especial, si se tienen en cuenta las circunstancias anteriores; agregó que la situación no tiene ninguna consecuencia jurídica, ya que la Corte no estuvo sin presidente durante el año ni lo estará de aquí a enero.
Acto irresponsable
La directora ejecutiva de Elección Visible, Marcela Prieto, no está de acuerdo con las posturas de Sierra y Hernández.
Calificó el cambio repentino de presidente en la Corte Suprema de Justicia como "una irresponsabilidad. Me parece que es descarado, porque la Corte tiene la facultad de reformar su reglamento para poder facilitar todos los procesos".
Para la señora Prieto, genera suspicacia que el magistrado Arrubla haya aceptado el nombramiento y renunciara 20 días después, para permitir así que otro magistrado lo reemplazara durante las vacaciones de la Corte.
"Esto demuestra que hay altísimos grados de irresponsabilidad y que no están pensando en el país sino en ellos mismos, para poder sacar adelante unas prebendas personales. Esto afecta la institucionalidad, el equilibrio de poderes y el estado de derecho", enfatizó.
La directora de Elección Visible aseveró que los nombramientos por lapsos tan cortos generan inestabilidad, inseguridad jurídica y falta de credibilidad.
"La Corte tiene a su haber una de las responsabilidades más grandes para que la democracia funcione. Todo genera suspicacias e incomodidad frente a los tomadores de decisiones y frente a los generadores de opinión. Es algo inaudito, inaceptable, es como hacer pensar que la población colombiana es estúpida", aseguró Marcela Prieto.
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