Entusiasmo y temores son los sentimientos que se conjugan entre los habitantes de los barrios La Sierra y San Antonio, y en general de la comuna 8, por el sistema de metrocable, que irá unido al Tranvía de Ayacucho.
El motivo de temor lo sienten los ciudadanos ante la posibilidad de que este desarrollo traiga alzas en los impuestos, los avalúos catastrales y hasta en los servicios públicos.
"Toda obra que hagan afecta y uno se gana la misma plata", advierte Jazmín Gutiérrez, una señora de 44 años enseñada a lo complejo de la movilidad de la zona, que preferiría seguir así antes que sentir que se le encarece la vida.
Jaime Henao, de La Sierra, siente que la calidad de vida mejorará mucho en el sector cuando los cables aéreos empiecen a transportarlos: "Eso va a ser espectacular, pero deben acelerar porque hay lotes de la obra que los volvieron botadero de escombros", dice.
Jorge Velásquez, de La Torre (San Antonio), sueña con el día en que pueda subirse a las cabinas: "Imagínese, uno dejar de pasarse una hora en una buseta hasta el Centro, la calidad de vida mejorará", dice este residente de un sector al que a veces ni los taxis suben.
María Paulina Gaviria, que ha tenido a cargo el trabajo de socialización del sistema en el Metro, recalca que por los metrocables en sí no habrá alza de impuestos ni predial: "Estos se actualizan por norma nacional cada cinco años y es en toda la ciudad", recuerda. Tampoco implicará alzas en los servicios públicos y sí mejoras en la calidad de vida.
"Trabajamos su movilidad con historias de barrio y ha sido muy duro para ellos, que solo tienen una vía principal para entrar y salir", señala.
Con el metrocable, las comunas 8, 9 y 10 ganarán en inclusión. Un solo tiquete los conectará al Tranvía, al metro y con todo el sistema.
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