Quizás el 'rugir' de su estómago y el desespero que produce el hambre lo llevaron a robar. O al menos este es el argumento con el que el abogado Juan Carlos Millán defiende a un hombre, quien está preso por intentar robarse un cubo de caldo de gallina.
Aunque parezca insólito, el acusado está en la cárcel hace dos meses y enfrenta cargos por el delito de hurto agravado sin violencia, que lo puede llevar a purgar una pena de mínimo dos años en prisión.
Los hechos se remiten al mes de abril de este año, cuando el obrero de Jamundí (Valle), llegó a Cali con la esperanza de recibir una indemnización tras el accidente que sufrió con una mina antipersona hace 5 años en el Cauca y que le dejó la pierna izquierda lesionada.
“Él llegó hasta Acción Social pero no le entregaron ningún dinero, así que pasó dos días durmiendo en la calle y sin un peso para comer.
El 25 de abril entró a un almacén de cadena y tomó una caja de caldos de gallina para echar un cubo en agua caliente y preparar un consomé, quería calmar el hambre”, dijo el abogado.
“Lo insólito es que esté en la cárcel, pues este fue un delito famélico o por hambre, justificado por su necesidad de comer. El acusado no obtuvo ningún beneficio en su patrimonio y tampoco alcanzó a llevarse los cubos, pues se los quitaron”, ratificó Millán.
El sindicado
El hombre, de 33 años, salió de la cárcel en libertad condicional en diciembre del 2011, luego de pagar una condena por hurto.
Según los archivos de la Fiscalía, a este obrero le aparecen reseñados otros casos de hurto, en diferentes fechas, razón por la que el juez habría decidido enviarlo a prisión mientras es juzgado.
“Yo no lo justifico. Sin embargo, me parece muy injusto que esté preso por un monto tan pequeño, un solo cubo de caldo de gallina vale 200 pesos, mientras que los que cometen delitos peores, asesinan y violan, andan libres”, dijo Johanna Correa, hermana del acusado.
El hombre aceptó los cargos luego de ser capturado y el jueves se realizó una audiencia de revocatoria de la medida de aseguramiento, que fue aplazada porque el acusado no fue trasladado a tiempo a los juzgados.
A él solo le queda rezar y prometer al cielo que no va a volver a robar.
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