A los estudiantes de décimo de la Alfredo Cock Arango, les tocará quedarse con el bachillerato académico.
El título de bachiller técnico quedó frenado por unas cuadras de distancia.
Al Casd de Castilla, institución en dominios ajenos no podrán volver pues las amenazas acabaron con el convenio entre ambos centros educativos.
El recrudecimiento de los enfrentamientos de bandas entre barrios está acabando con la estabilidad académica de las instituciones y vulnerando el proceso escolar que debe seguir un niño o joven.
De la Alfredo Cock, 80 estudiantes han tenido que salir este año y por miedo, los que quedan, están faltando a clases.
No es la única, todas las instituciones del sector, contó la rectora Margarita Jaramillo, "están perdiendo alumnos a granel".
La cifra, a la que contribuye el desplazamiento urbano de familias, alcanza los 1.600 estudiantes que se han tenido que desescolarizar en 2010, según la Personería de Medellín.
El que sale de una institución, aclaró José Joaquín Villalba, de la Secretaría de Educación, no sale del sistema educativo. "Hacemos una reubicación en otra institución a donde se fue a vivir el estudiante".
Connie Barth, rectora de la Institución Pedregal, tiene un acuerdo de colaboración con otros rectores porque "como se van, llegan otros estudiantes".
No siempre hay cupo, y en este momento tiene 10 estudiando con talleres en casa.
En la misma institución, faltaban hasta la semana pasada los profesores de Artística y Sociales, quienes tras recibir amenazas debieron acogerse al comité de amenazados.
Mientras llegan remplazos, en la institución se han movilizado horarios o se organizan actividades para que no se note el vacío.
"No podemos pensar que vamos a alcanzar muchos logros cuando los maestros se tienen que ir", y cuando después de ser interceptados camino a clases, llegan niños hasta su oficina a decirle "no puedo volver".
"No es lo mismo unos talleres en casa que estar en clase con todas las herramientas, con la explicación del profesor y socializando con los compañeros", aseguró.
En Medellín, hasta el 25 de agosto, según la Asociación de Institutores de Antioquia, Adida, 83 educadores habían sido amenazados y desplazados de su lugar de trabajo.
La situación, dijo Villalba, nos ha provocado cierto grado de desescolarización. "Mientras ubicamos el maestro amenazado y nombramos el otro hay un proceso, no es de manera automática.
Las comuna cinco y seis, donde su ubican la Cock y Pedregal son junto con la uno y la trece, las que presentan mayores problemáticas, según Personería y Secretaría.
En la cinco queda la República de Uruguay, donde este año, tres en las últimas semanas, han salido seis educadores.
Las puertas de coordinación permanecen cerradas y quien da razón de lo sucedido, no se atreve a dar el nombre.
"Hoy son ellos, mañana puede ser cualquiera", comentó indignada una educadora que espera que las investigaciones lleguen a feliz término.
Ese miedo que sienten los docentes, creció en la Cock, después de que el pasado 30 de agosto una de sus estudiantes fuera asesinada al parecer por estar en un sector ajeno.
Mientras unos están aburridos y ya piden traslado, otros andan enfermos. "Están somatizando esa presión, esta problemática", dijo Jaramillo.
"Hoy", relató hace cinco días, "tengo 3 profesores incapacitados, es decir unos 7 o 8 grupos que van a quedarse sin recibir clase".
Con la muerte de la niña de 14 años, son cuatro los jóvenes asesinados por su condición de estudiantes en lo que va corrido del año.
La cifra de docentes asesinados en Medellín, según Adida, va en 2. "Amenaza es amenaza y uno no se puede quedar esperando a ver si es verdad", dijo una rectora.
Días antes que el profesor de Sociales fuera abordado por dos sujetos los estudiantes de Pedregal realizaron una marcha por las calles del barrio exigiendo el respeto a la movilidad de los estudiantes y a la labor docente.
Hasta ahora, nadie les hizo caso.
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