Las últimas declaraciones del presidente Álvaro Uribe Vélez demuestran que la posición del Gobierno en contra del intercambio se endureció y que ese no será el camino inmediato para lograr la liberación de 22 miembros de la Fuerza Pública secuestrados por las Farc.
Así se deduce de la últimas palabras del mandatario ayer en Medellín, en las que anunció que el Gobierno buscará la liberación de todos los secuestrados y se intensificarán los operativos militares.
"A partir de hoy (ayer) con el Ejército y la Policía intensificaremos la presión sobre los secuestradores terroristas de las Farc hasta que liberen a nuestros soldados y policías", dijo el Jefe de Estado.
Uribe agregó que el Gobierno no puede ceder en su ofensiva. "Sé que esto genera polémica. Pero es mejor para el futuro del país un Gobierno firme, asumiendo la responsabilidad de conducir al Ejército y a la Policía para que ejerzan una presión sobre los secuestradores, a fin de que liberen a los secuestrados, que tener un Gobierno de aguas tibias, preocupado por el que dirán, a ver si no lo critican mientras estos terroristas incendian y asesinan al país".
Y recordó el ofrecimiento del Gobierno a los guerrilleros que se desmovilicen y entreguen secuestrados.
Esta declaración de ayer se dio pocas horas después de una intervención del Presidente (el jueves) a la salida de una reunión con obispos en la Conferencia Episcopal de Colombia.
Allí Uribe Vélez afirmó que el Gobierno solo aceptará una liberación unilateral de secuestrados por parte de la guerrilla y que los extraditados guerrilleros alias "Sonia" y "Simón Trinidad" no pueden ser excarcelados, como piden las Farc.
"El único acuerdo humanitario que se acepta es que liberen unilateralmente y de inmediato a todos los secuestrados, que cesen los actos de violencia y que hagan la paz", afirmó el presidente.
Los ataques en los últimos días contra la Fuerza Pública que dejaron militares y policías muertos en Cauca y Nariño, así como dos masacres de indígenas Awá en Nariño parecen radicalizar al Gobierno.
Iglesia insiste en el diálogo
La posición del Presidente fue rechazada por promotores del intercambio y ex rehenes de la guerrilla, quienes se declararon sorprendidos por "un giro radical" que cierra la posibilidad de un acuerdo con las Farc para la libertad del grupo de militares y policías secuestrados.
Para la ex congresista Consuelo González, quien estuvo secuestrada por las Farc, el Presidente debe revisar esta decisión. "Aspiramos a que reconsidere, porque tras las recientes liberaciones dijo que El Gobierno estaba abierto a un acuerdo humanitario y a dialogar. En cualquier decisión debe primar un concepto humano y no uno violento".
González indicó que como "miembro del movimiento Colombianos por la Paz no descansaremos hasta lograr que los secuestrados regresen a la libertad".
Por su parte, la Iglesia Católica hizo llamado al diálogo entre el Gobierno y grupos al margen de la ley y pidió "no cerrar los caminos al diálogo como única vía para solucionar el conflicto".
El presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Rubén Salazar, afirmó que "hay muchos caminos para la liberación; insistimos en que el diálogo y la concertación son los más humanos".
Los prelados indicaron que las políticas de paz no deben ser impuestas por cada Gobierno, sino que deben estar garantizadas por el Estado, como garante de la protección de los ciudadanos.
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