El cardenal Rubén Salazar Gómez celebró la noticia que da cuenta de un acuerdo, en el tema agrario, entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc.
El prelado dijo que esa decisión de las partes, aunque sea preliminar, tiene una importancia para la construcción de la paz en el país, y recalcó que es urgente que se acelere el ritmo de las negociaciones, para que haya resultados prontos en los siguientes puntos de la agenda negociadora.
“Es urgente que se acelere el ritmo de esas negociaciones, van seis meses (…) pero se ha demostrado en las semanas que se puede ir a un paso más ágil”, dijo.
Salazar también dijo que saludan con alegría y esperanza el haber llegado a un primer acuerdo fundamental para los intereses de los colombianos, ya que según él, este era una de los temas más complicados para que ambas partes se pudieran poner de acuerdo. Además, agregó que estas negociaciones, de llegar a darse en su totalidad, serán las que permitan consolidar el fin definitivo del conflicto.
El cardenal recalcó que uno de las causas fundamentales por las cuales el país ha sufrido un conflicto tan largo es el tema de la distribución equitativa de la tierra, y la no presencia del Estado por muchos años en lugares apartados de las ciudades.
“Somos conscientes que hemos tenido un largo conflicto a causa de una mala distribución de la tierra y que ha traído males inmensos en muchos sentidos, por eso pensamos que este primer acuerdo es muy importante porque permite que verdaderamente se ponga una base sólida para la construcción de la paz en un futuro inmediato”, puntualizó.
Y agregó: “Si la tierra se distribuye equitativamente en el país, si se hace todo para el beneficio de todos y su sostenibilidad alimentaria indudablemente que se dará un vuelco enorme en su historia y podremos consolidar una sociedad más justa y solidaria”.
El prelado enfatizó en que las víctimas de más de 50 años de guerra son innumerables y hay heridos muchos corazones en tanto tiempo, por eso manifestó que uno de los puntos claves de lograrse el acuerdo final, será la reparación de las familias.
Dijo además que este proceso debe llevar todo un acompañamiento de perdón y reconciliación, donde las personas que más han sufrido de los estragos de la guerra, puedan participar activamente en la construcción de la paz en Colombia.
De la misma manera, invitó a los colombianos a unirse al proceso que se cumple la Habana (Cuba) ya que según él “si ese camino se cierra, vendrán muchos más años de guerra”.