Los ojos del mundo están puestos sobre la decisión que tome el Gobierno ruso, con la que puede favorecer al exempleado de la CIA Edward Snowden, que solicitó ayer asilo en ese país, o a Estados Unidos, que busca lograr su extradición, en medio de acusaciones de haber espiado 38 embajadas de países aliados en todo el mundo.
De un lado, Snowden entregó a funcionarios rusos una solicitud de asilo político dirigida a 15 países, incluido Rusia. "Se trata de una medida desesperada después del silencio de Ecuador", dijo ayer un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores al periódico estadounidense Los Ángeles Times.
Pero en la otra cara de la moneda de este juego diplomático está el presidente de E.U., Barack Obama, quien aseguró que su país adelanta "conversaciones de alto nivel" con Rusia para lograr la captura del exasesor de la Agencia Nacional de Seguridad y se mostró confiado en que ese país actúe acorde con la legislación internacional.
"No tenemos un tratado de extradición con Rusia. Pero, por otro lado, tenemos entendido que el señor Snowden ha viajado sin un pasaporte válido, sin papeles legales", explicó ayer el mandatario.
La respuesta del presidente ruso, Vladimir Putin, fue la de abrir las puertas al joven prófugo, que permanece desde el pasado 23 de junio en la zona de tránsito del aeropuerto de Sheremétievo, en Moscú.
"Si quiere quedarse aquí, habrá una condición: debe dejar de perjudicar a nuestros socios americanos, por muy extraño que esto pueda sonar", manifestó Putin, quien añadió que Snowden, "no ha sido, ni es agente" de Rusia.
Europa, en alerta
La paranoia en el Viejo Continente está en su punto más alto tras una nueva publicación del diario británico The Guardian sobre la intrusión de la inteligencia estadounidense en comunicaciones de 38 embajadas y legaciones diplomáticas en varios países considerados como aliados.
La Comisión Europea anunció que revisará sus oficinas para determinar si existen dispositivos electrónicos de espionaje y hallar otras brechas de seguridad.
Sin embargo, el presidente francés, Francois Hollande, aseguró que los señalamientos son un intento de torpedear las negociaciones previstas entre Europa y E.U. para dar forma a un tratado de libre comercio.
"Sabemos que hay sistemas que tienen que controlar notablemente la amenaza contra el terrorismo, pero no pienso que esto esté en nuestras embajadas o que este riesgo exista en la Unión Europea", dijo.
Según The Guardian, entre las naciones que aparecen como objetivo de la inteligencia de la potencia del norte estaban Francia, Alemania, Italia, Grecia, Japón, México, Corea del Sur, India y Turquía.
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