Podemos cerrar este año con un sueño por todos esperado, como también cerrarlo con tristes lágrimas por la intolerancia de quienes no ven el fútbol como una sana y divertida diversión, sino más bien como una absurda guerra entre los aficionados de una misma región.
En Medellín queremos la 13 verde, que merecida tiene por la excelente campaña de Osorio y todos sus pupilos que en el terreno de juego, con buen fútbol, nos hacen vibrar y a todo pulmón nuestro himno nos hacen entonar.
Indudablemente los momentos más felices y delirantes, si se quiere, nos los brindan nuestros deportistas, y muy especialmente los que en el Atanasio con su espectáculo nos unen en una sola voz, en un interminable abrazo, en una feliz y unida familia que jamás quisiéramos, por unos pocos intolerantes y violentos que se infiltran, tener cobijas de sangre que partir. Todo está servido para una tarde-noche compartir, sin ir a marchitarla por el excesivo consumo de licor o de sustancias psicoactivas que nos hacen perder todo el control, volviendo dolor la alegría que Medellín soñaba compartir.
Que en todos los lugares de concentración para ver el partido reine la buena vibra, y nuestras calles por miles de ciudadanos sean invadidas por la blanca maicena y serpentinas de la paz.
Si no se logra la estrella para el verde paisa, igual felices tenemos que estar, porque nuestro gran hijo e ídolo paisa, Leonel Álvarez, también más verdes nuestras montañas nos hará ver. Medellinenses con cara o con sello, pero con mesura nos vamos a comportar.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
