El pasado martes el sector de la salud entró en paro de actividades y tuve la oportunidad de conversar un buen rato con la médica Marta Ramírez, representante a la Cámara e integrante de la Comisión Séptima, donde se discuten los temas de la salud de los colombianos, momentos después que el Presidente, ante la misma Comisión, se comprometiera a pagar la deuda pública de los hospitales (habrá que ver con qué "chichigua" sale), y reconociera el liderazgo y compromiso de la congresista antioqueña en este moribundo sector.
Le pedí que me explicara por qué estaba en desacuerdo con el Proyecto de Reforma que acaba de pasar por el Senado y que ahora llega a la Cámara para ser discutido, y tras una larga exposición de argumentos, estadísticas y propuestas, llego a la misma conclusión, por muchos conocida.
La salud en Colombia tiene que dejar de ser un negocio, hoy los colombianos tenemos carné, pero la inequidad en el acceso a los servicios de salud seguirá sumando muertes diarias.
Las personas más necesitadas ven la salud como un privilegio al que solo acceden los que no las padecen, porque en el Sistema actual el dinero prima sobre el derecho constitucional a la salud.
Y llevamos tres años de gobierno donde han desfilado por la cartera de Salud tres jefes; al paso que vamos, en cuatro años serán cuatro ministros. Inaudito, más cuando se discute en pleno un proceso de reforma.
La crisis del Sistema General de Salud en Colombia no se resolverá cambiando de ministros.
Nuestra salud es víctima de intereses políticos y reeleccionistas y ha sido abordada con irresponsabilidad en el Senado para bien de los actores poderosos del sector. Ojalá en su trámite por la Cámara se develen las verdades que se esconden tras el proyecto de reforma y se logre mermar la presión para su aprobación, además que es lo más sano, porque aprobar una reforma tan grave en época electoral, genera desconfianza y es irresponsable.
Lo ideal para obtener una reforma de cara al pueblo, es disponer de tiempo, ese que el Presidente no tiene, e ir paso a paso, porque se trata de la discusión de un tema estructural, no es cualquier "bobadita".
Ningún actor de la salud en Colombia quiere que le impongan tarifas o reglas. Las casas farmacéuticas no quieren dejarse regular y sobornan congresistas, los productores de tecnología tampoco; los prestadores de servicios de salud no quieren control sobre sus tarifas, ni sus utilidades; y resulta que el sistema tiene que ser regulado.
Nuestra salud no se recupera de cuenta de la corrupción y antes de darse la reforma hay que advertirle al pueblo, que si se aprueba como está estructurada, las cosas seguirán igual o peor, porque no hay transparencia, inclusión, ni accesibilidad; aspectos que desde la dinámica política, han importado un comino.
Necesitamos un sistema en salud capaz de optimizar los gastos y volcarnos hacia un modelo de promoción y prevención, aspectos que tampoco se ven en la reforma.
El Ministerio de Salud perdió su liderazgo y poder, porque fueron arrebatados por los intereses de los grupos económicos. Y el Ejecutivo ni reglamenta ni aplica ni vigila ni sanciona ni nada de nada…
¿Y en medio de este despelote otra ley que tampoco resuelve la crisis? ¡Qué dolor……
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6