Bogotá, Cali, Barranquilla y Medellín encabezan el top de ciudades que registran más casos de hurto en supermercados, según el Censo Nacional de Mermas y Prevención de Pérdidas, realizado por la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco).
Las grandes cadenas minoristas perdieron, en el 2012, 125.358 millones de pesos. 10.515 millones de pesos más que en 2011 lo que evidenció un incremento en los robos en un 9,6 por ciento.
Las autoridades ven con gran preocupación que el hurto con participación de los empleados directos o indirectos de los supermercados, conocido como robo interno, registró 6.667 casos, dejando pérdidas de 57.604 millones de pesos; mientras que para el 2011 la cifra llegaba a 2.948 casos y las pérdidas ascendían a 50.666 millones de pesos.
Es decir, los robos que se registraron con participación de personal vinculado a las compañías aumentó un 126,15 por ciento lo que “desmoraliza” y es un “lunar que nos preocupa mucho”, aseguró el presidente de Fenalco, Guillermo Botero.
Las modalidades más utilizadas en el robo interno son la mercancía camuflada, en ropa o maletines, con un 16 por ciento; ponerse la ropa en el almacén (15 por ciento), consumo de alimentos en la tienda (11 por ciento), mercancía que no entra pero se factura (10 por ciento), complicidad del personal de seguridad (9 por ciento), y otras modalidades (39 por ciento).
De otro lado, los robos externos, aquellos cometidos por clientes o consumidores, dejó pérdidas de 67.754 millones de pesos para el periodo de 2012, al registrar 69.333 casos. Aunque la cifra es alarmante, en este tipo de robo se evidenció una reducción, pues en el 2011 fueron 90.360 casos registrados.
La forma más común de hurtar artículos por los clientes es a través de bolsas plásticas del almacén y tiquetes falsos, con un 20 por ciento. Asimismo, la mercancía camuflada en ropa o maletines (14 por ciento), sustracción de mercancía en bolsas de aluminio (10 por ciento), consumo de alimentos en la tienda (7 por ciento), cambiar los códigos de la mercancía (7 por ciento), otras modalidades (41 por ciento).
Artículos que se roban
De acuerdo con el censo, los productos más hurtados son los digitales, entre los que se destacan tabletas, cámaras, mp3 y celulares, entre otros. Estos artículos son los más sensibles al robo, ubicándose en el primer lugar en monto económico y en unidades sustraídas.
En segundo lugar se encuentran los enlatados, seguido de los productos cárnicos, artículos de aseo, ropa en general, licores, gaseosas, herramientas y electrodomésticos, leche en polvo y hot wheels (carros).
Por los artículos que más se roban, una de las conclusiones a las que llega el estudio, es que cada vez este tipo de ilícitos se cometen menos por cuestiones de hambre, pues de acuerdo con el director de Fenalco, muchos de estos elementos van a parar a la reventa callejera o para su comercialización por medio de internet.
Ello estaría sustentado en el incremento de las bandas delictivas en el país que se dedican a robar en los supermercados.
En el caso de los robos internos, un 60 por ciento son cometidos de forma individual mientras que un 40 por ciento es liderado por una banda.
Entre tanto, en los robos externos, las bandas lideran los hurtos con un 56 por ciento, mientras que el 44 por ciento son cometidos de manera individual.
Prevenir los robos
Las formas más comunes para detectar los robos, en el caso de los perpetrados por empleados o personas vinculadas a la organización, son las cámaras (36 por ciento), el personal de seguridad (33 por ciento), y las antenas (13 por ciento).
Por su parte, en el robo por clientes, la forma de detección más utilizada es a través del personal de seguridad (45 por ciento), antenas (22 por ciento) y las cámaras (21 por ciento).
El problema “hay que atacarlo de raíz” señala el presidente de Fenalco, refiriéndose al trabajo que adelantan las autoridades para reducir este robo “hormiga” que deja cuantiosas pérdidas.
Precisamente, Alto Colombia, empresa especializada en la prevención de esta problemática a través de estrategias legales y disuasivas, ha judicializado 22.000 incidentes a nivel nacional, de los cuales el 70 por ciento corresponden a personas reincidentes y bandas organizadas, que se dedican a azotar las tiendas para luego vender la mercancía robada en los mercados negros.
Según Luis Anaya, gerente de Alto “el llamado es judicializar tanto los casos de hurto externo como interno, que los infractores sepan que existe una sanción, pues robar es un delito independientemente del valor que sea. Cuando los robos son internos, el delito es agravado pues los empleados conocen los puntos débiles de la compañía y se aprovechan para realizar inadecuadas prácticas”.