Nada más aburridor y de mal gusto que uno estar concentrado en alguna actividad y, de pronto, escuchar un "achís" acompañado de gotas de saliva que salpican.
Ese típico sonido del estornudo, muchas veces imposible de detener, también saca de casillas a quienes están a nuestro alrededor cuando se produce de una forma grotesca. Y, lo peor del caso, es que desdice mucho de quien lo produce.
Una de las fórmulas para evitar pasar por maleducados es la de voltear la cara para un lado y tratar de taparse la boca con las manos o un pañuelo que se tenga al alcance. Si el estornudo es de improviso, pues lo más sencillo es agacharse.
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