"Amores Peligrosos es una historia de amor, de salsa y de dolor. Es un retrato de una ciudad que a la vez es el retrato de lo que ha sucedido en el país".
Así resume Antonio Dorado su nuevo filme, que cuenta como Sofía (Juanita Arias) buscando salir de la rutina de su noviazgo, termina conociendo a una pareja enredada en negocios ilícitos. Una película con mucha música y el trasfondo del narcotráfico, contada en clave de tragedia.
Es 1989. La salsa de Willie Colón y el Grupo Niche resuenan en las discotecas de Cali. En ese contexto enredado por el tráfico de drogas y el dinero fácil se ubica esta cinta.
"Está recreada a través del género gánster, apropiada para el contexto colombiano. No es una narcopelícula, no es de narcos, no es un filme que se suma a los que ya han salido del tema. Yo creo que es una historia de amor que se construye de forma colectiva", dice Dorado.
Es una historia, añade, con dolor por la ciudad y el país, en la que se ve a una niña que se enreda en amores peligrosos.
Suma de talentos
Amores Peligrosos arriesga en el tema del reparto: por un lado se encuentran dos actores de mucho oficio, como son Marlon Moreno y Kathy Sáenz.
Por otro, están Jean Paul Leroux, Juanita Arias y Felipe Cortés, jóvenes que se estrenan en el cine, pero que se comportaron a la altura de las necesidades, anota el realizador.
"Estuve siempre muy apoyada por mis compañeros, quienes desde su experiencia sabían cómo manejar las escenas, cómo ubicarse frente a las cámaras y me sugirieron excelentes ideas. Así el aprendizaje se hizo más llevadero y tranquilo", cuenta Juanita.
Otros detalles que sobresalen son la música y la fotografía, "con muchos planos secuencia y en los que podía haber hasta 120 personas en escena, un tema difícil de controlar cuando hablamos de un filme de época, donde se debe cuidar que cada cosa esté acorde con el año en que transcurre la historia", indica Dorado.
En fin, una película, que como dicen su director y su protagonista, busca dejar un mensaje claro: repensar el país, evitar que sigan surgiendo más Sofías, más chicas que se dejan deslumbrar por el dinero fácil y la rumba. Una historia que reclama una postura crítica de lo que vive el país.
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