Yo no sé por qué el presidente Santos resolvió llamar "enemigos de la paz" a quienes no concuerdan con su modelo. Una cosa es no querer la paz, ser enemigo de ella. Otra cosa muy distinta es querer la paz, pero siguiendo unos procedimientos diferentes a los que están siguiendo los negociadores en La Habana. Y, eso sí, con una clara definición de paz.
Entonces, el mismo presidente Santos lo que ha hecho es dividir a Colombia entre los que quieren su paz y los que no quieren esa paz sino otra.
Fernando Londoño, en "La hora de la verdad" habló de una columna escrita por Guillermo Perry en El Tiempo, el 26 de mayo pasado y que pasó desapercibida.
Yo fui una de quienes no la leyó. Estaba en el exterior observando la recuperación de los países de Europa del Este, comparándolos con el Socialismo del Siglo XXI y preguntándome cómo en pleno Tercer Milenio y después de ver el fracaso del modelo soviético, por acá haya tantos que quieran revivir ese modelo.
Ni tanto que queme el santo, ni tan poco que no lo alumbre: No es bueno el Capitalismo Salvaje, pero es peor el totalitarismo del Capitalismo de Estado en donde el ciudadano se enseña a que el gobierno le dé todo, trabaje bien o mal o no trabaje.
Pues bien, el exministro Perry, en dicha columna dice "Calificar como enemigos de la paz a los uribistas, o a cualquiera que ponga objeciones a la forma como se está negociando, no solo constituye una falta de verdad y una falta de respeto con el adversario. Es, ante todo, un grave error político. No coincido con la mayoría de las opiniones de Uribe -continúa- y, con frecuencia, considero que sus actitudes son francamente antipatrióticas. Pero jamás lo calificaría como enemigo de la paz y mucho menos a sus seguidores. Los únicos enemigos de la paz en este país han sido los alzados en armas, guerrilleros y paramilitares, y los narcotraficantes". Así termina el exministro este párrafo.
Ahora no es taquillero hablar de los intentos de paz de Álvaro Uribe pero, es bueno recordar algunos. Uribe liberó a Granda para que lograra la liberación de Íngrid Betancur. Pero Granda nada hizo. Uribe nombró facilitador al presidente venezolano Hugo Chávez y a Piedad Córdoba como mediadora con un objetivo: buscar caminos de paz. Pero logró fue el aprovechamiento por parte de Chávez y Piedad: después de que Uribe los relevó de sus funciones, las Farc resolvieron que nada harían con Uribe Presidente. Entonces, ¿quién vetó la paz? Obviamente que no fue Álvaro Uribe. Uribe advirtió que no autorizaría "caguanes". Sin embargo, cuando las Farc le pidieron el despeje de Florida y Pradera se negó, pero dejó abierta la posibilidad para despejar otros territorios.
Obvio que Florida y Pradera eran corredores estratégicos que les facilitaban a las Farc la salida por el Pacífico de la droga y la entrada de armas, ropa, alimentos, medicinas…
En los ocho años de gobierno, Uribe jamás dejó de tener la mano tendida. Es decir, no fue enemigo de la paz. Pero las Farc no quisieron negociar con él. Seguro que la extrema izquierda se puso feliz.
De modo que es injusto y peligroso calificar de enemigos de la paz a quienes no están de acuerdo con el "modelo Santos". No lo digo yo. Lo dice un liberal bogotano que en poco concuerda con los paisas y con el expresidente Uribe, y quien agrega quiénes son los verdaderos enemigos de la paz. Ojo presidente Santos: No divida al país. No le eche leña al fuego. No cuelgue lápidas.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6