La Asamblea de "La U" mostró varias realidades. Por un lado, expuso el estado real de deterioro y agresión en la relación entre el exmandatario y el Presidente. Atrás se quedaron la diplomacia, los mensajes indirectos y la hipocresía entre ambos.
La ruptura de los dos líderes políticos más importantes e influyentes de la coyuntura actual quedó en evidencia, en una dinámica donde la pelea, es peleando. Una vergüenza.
Por otro lado, se dejó en claro la falta de identidad de ese partido político que, como un arroz con mango, ha unido lo impensable, arrojando como resultado un movimiento con una ideología tan poco definida, que incluye desde la visión del expresidente Álvaro Uribe hasta el otro lado del espectro llegando a las posturas del actual mandatario Juan Manuel Santos .
"La U" no tiene una plataforma, ideología o filosofía dominante. Y aunque eso no debe ser una camisa de fuerza para un partido político, sí es una pauta que determina cuáles son los límites conceptuales que sus electores pueden esperar.
Por último, se demostró con la Asamblea que el país está altamente dividido por la diferencia de posiciones entre quien fue el jefe de Estado y el hombre que recibió su aval para aspirar a la Presidencia.
Los diálogos de paz son el motivo central de esa polarización. Para un sector del país es una insolencia sentarse a negociar con los guerrilleros de las Farc y hablar de un posible indulto; y para la otra esquina, el diálogo es la única solución.
Y "La U" es el claro ejemplo de esa polémica. Por un lado sus electores están con la tesis que defiende el expresidente Uribe, y por el otro, los líderes, representantes y congresistas del partido, ignorando a su base uribista, expresan el apoyo a la iniciativa actual del gobierno.
Mientras tanto, nadie entiende cómo funciona esa colectividad o por qué ninguno de los dos (Santos o Uribe) abandona el movimiento.
Y aunque al presidente del partido le guste creer lo contrario, no es respeto lo que hay por la diferencia de opiniones entre Santos y Uribe, ni una doble visión que "La U" puede aguantar y defender bajo el mismo techo.
No.
Lo que se está viviendo dentro del partido es un miedo inaudito por parte de sus líderes a enemistarse o alejarse, ya sea del Jefe de Estado o del expresidente, y de las consecuencias que cualquiera de esas dos opciones podría traer. Mientras tanto, sus electores ignorados.
Hay una lucha de poderes de dos visiones de la sociedad que se enfrentan y no pueden coexistir. No sólo porque una es concepción social demócrata de tercera vía de Santos y la otra una visión neoconservadora de Uribe, sino porque sus ataques mutuos, lastimosamente, se centran en temas personales para mostrar al otro como un traidor.
Uribe y Santos ya no caben dentro del mismo paraguas. La asamblea lo demostró y sus líderes, por consiguiente, tienen que tomar una posición si "La U" es el partido de gobierno, o el de la oposición. Pero no se puede ser los dos a la vez.
Pico y Placa Medellín
viernes
3 y 4
3 y 4