Un nuevo debate quedó en el aire tras la propuesta del presidente Juan Manuel Santos de acabar con el servicio militar obligatorio. En contra están los riesgos para la seguridad y a favor los partidarios de desmilitarizar la sociedad tras el fin del conflicto.
La discusión se centra en qué tan viable es disminuir los hombres en las Fuerzas Militares si tienen éxitos los procesos de paz con las Farc y otro en planes con el Eln.
Hasta hoy, la obligatoriedad del servicio militar nutre al Ejército y a la Policía de miles de jóvenes mayores de 18 años, salvo las personas con algún inconveniente físico y otras excepciones. Ese personal no solo se destina a las tareas administrativas, sino que apoyan la vigilancia de los municipios, de la infraestructura (vías, oleoductos, torres de energía) o el trabajo comunitario.
Por eso para el coronel retirado del Ejército, John Marulanda, consultor en seguridad, la iniciativa del presidente Santos de "cambiar el servicio militar obligatorio por un servicio social obligatorio" no es tan fácil de cumplir a corto plazo.
"Además del conflicto con las guerrillas, Colombia tiene amenazas como el narcotráfico, la seguridad fronteriza, las bandas criminales y un alto riesgo de que reductos de la guerrilla no se desmovilicen así haya un acuerdo de paz, como sucedió en Centroamérica, donde se disparó la violencia en el posconflicto", explica Marulanda.
Enfatiza que tanto los bachilleres como los soldados regulares ayudan a las tropas especializadas con vigilancia y control territorial y así estas se concentran en los grupos armados ilegales.
Ayer, el presidente Santos sorprendió al anunciar en medio de su campaña electoral que su meta es "lograr la paz este año y cuando la logremos voy a eliminar el servicio militar obligatorio".
Uno de sus argumentos es que el servicio militar "solo lo prestan los que pertenecen a los estratos más bajos, porque los altos pagan o hacen lo que sea para no prestarlo".
También insiste en que sin conflicto las tropas "ya no deben luchar una guerra asimétrica ni buscar por meses a la guerrilla en la selva, sino que vamos a reorientar su energía y capacidad".
Visión del futuro país
Pero materializar el anuncio del mandatario no es fácil en el futuro inmediato, aún sin conflicto con las guerrillas.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, aclaró que no es momento para ese debate y proyectó que la medida solo se podría aplicar en 5 o 10 años. "Es una visión a mediano plazo, cuando el país esté totalmente en paz y organizado".
Jugada electoral o convicción de que si se acaba el conflicto no se requiere el servio militar obligatorio, el anuncio del mandatario fue bien recibido por quienes cuestionan la militarización del país, como Acción Colectiva de Objetores de Conciencia. "No está en la naturaleza de todos participar en la guerra. Hay un modelo de militarización cultural", dice Julián Ovalle, miembro de la organización que ha ayudado a cientos de jóvenes a no vestir uniforme ni empuñar un arma por su credo religioso o postura neutral pacifista.
En la actualidad, las Fuerzas Militares tienen en sus filas a 452 mil uniformados.
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