No es un hallazgo cualquiera. Tendrá profundas implicaciones, de confirmarse, en el entendimiento de los orígenes del universo y la esperada respuesta a preguntas simples como ¿cómo estamos aquí? ¿No hay otros universos?
El lunes el mundo de la cosmología se conmocionó cuando científicos del programa colaborativo Bicep2, un telescopio refractor en el Polo Sur, anunciaron la detección de ondas gravitacionales, esa pieza no confirmada de la teoría de la Relatividad General de Einstein y que certifican la expansión acelerada del universo solo una fracción de segundo después de ese punto inicial del Big Bang.
Esa expansión, la inflación cósmica, hizo que el universo multiplicara su tamaño 100 billones de billones de billones de veces en mucho menos de lo que dura un parpadeo. "Detectar esa señal es una de las metas más importantes de la cosmología de hoy", según John Kovac, del Centro para la Astrofísica Smithsonian-Harvard, líder del proyecto Bicep2.
Quiere decir que la Teoría del Big Bang que explica el origen del universo está correcta hasta ahora, aunque quedan incrédulos.
La historia
Gracias a décadas de observaciones los astrónomos determinaron que el universo comenzó hace 13.800 millones de años. En 1980 el teórico Alan Guth propuso la idea, controversial, de que ese universo primigenio sufrió una inflación acelerada en las primeras fracciones de segundo de su existencia (uno antecedido por 35 ceros).
Las primeras evidencias comenzaron a allegarse en los 90. Esa potente energía del comienzo del universo se fue enfriando y se estiró como radiación de microondas. Apareció así hacia los 380.000 años de edad y hace alrededor de 20 años se detectaron pequeñas variaciones en ella, que explican la formación de estrellas, galaxias y grupos de galaxias.
La radiación de fondo había sido observada a mediados de los años 60.
La Relatividad General predice que cuando un objeto se acelera mucho genera ondas gravitacionales, unas ondulaciones en el espacio-tiempo. La inflación pudo ampliarlas de modo que quedaran impresas en aquella radiación cósmica de fondo (la radiación de microondas que se observa por todas partes del universo).
Lo que el Bicep2 detectó fue la polarización en ese fondo cósmico de microondas: cuando las ondas pasan por el espacio tienden a generar polarización en la luz que pasa a través de ellas.
Es entonces la primera evidencia directa de la inflación cósmica, respaldando la teoría del Big Bang. Pero hay más.
El hallazgo, que debe ser confirmado por otros grupos, deja abierta la posibilidad de un multiverso: múltiples universos y lo confirma el mismo Guth: "Es difícil construir modelos de inflación que no conduzcan a un multiverso".
"En la mayoría de los modelos de inflación, si la inflación está ahí, entonces un multiverso también", reforzó Andrei Linde, teórico de Stanford University.
La teoría de la inflación posibilita que cuando el universo creció exponencialmente en la primera fracción de segundo tras el Big Bang, algunas partes del espacio-tiempo se expandieron más rápido que otras, lo que pudo crear burbujas de espacio-tiempo que se convirtieron en otros universos: cada universo con sus propias leyes de la Física.
El hallazgo entonces es uno de los más importantes en el camino hacia entender nuestros orígenes. Para Marc Kamionkowski, físico de la Universidad John Hopkins, "esta detección es el eslabón perdido en cosmología".
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