Hace poco más de un año, el 4 de julio de 2012, la operación del metro estuvo suspendida por más de tres horas al caer una pieza de un aeromodelo en el corredor férreo, cerca a la estación Ayurá, y colapsó todas las vías del sur, una vez que la autoridad de tránsito liberó las rutas de buses para atender los usuarios.
Esa escena se podría repetir, en una situación más extrema, si el sindicato de la empresa decide hoy optar por una huelga general, en cuyo caso tendría que convocar a una votación posterior de todos los trabajadores.
El otro camino, en la asamblea general que se realiza a las 10:00 de la mañana, es que los sindicalistas se inclinen por un tribunal de arbitramento para resolver el pliego de peticiones que no se pudo negociar en la etapa de arreglo directo.
Frente a la situación, el director administrativo del Metro, Jorge Mario Tobón, recalcó que la empresa mantiene su disposición al diálogo en cualquier momento, pero ratificó que dentro de los marcos jurídico, técnico y financiero, el pliego de 48 puntos tiene una valoración de 34.000 millones y que los tres primeros puntos económicos suman más de 23.000 millones. "Superan las posibilidades e impidieron llegar a una negociación adecuada", dijo.
En un escenario de huelga, anotó, no sólo afectará la movilidad de 630.000 usuarios cada día, sino todas las modalidades de integración, los cables e incluso el metroplús, que también opera el Metro.
Pero Tobón consideró que quienes trabajan en la empresa son "responsables y maduros" y confió en su buen criterio para que no se afecte la prestación de un servicio público esencial.
Por paradoja, observó que el diferendo laboral se presenta cuando la firma española Merco divulgó el informe sobre la calidad de empleadores, en el cual aparece el Metro de Medellín entre las 40 mejores para trabajar en Colombia. Y en la categoría sector transporte se ubicó en el segundo lugar después de Avianca.
Carlos Julio Díaz Lotero, vocero del sindicato, replicó que la asamblea de hoy, en la sede de la Escuela Nacional Sindical, decidirá si convoca de una vez el tribunal de arbitramento o se toma la opción de la huelga, que implicaría una consulta el próximo lunes a los demás trabajadores, incluso los que no están sindicalizados, para saber qué camino tomar. "La empresa ha inflado las cifras del pliego para deslegitimar el sindicato", afirmó.
Pero Díaz Lotero manifestó que su organización está dispuesta a volver a sentarse para que el conflicto termine de manera amigable, porque "les conviene a la empresa, a los trabajadores y a Medellín".
Según advirtió, algo estratégico de la negociación es el tema de los contratos de trabajadores oficiales que hoy están bajo cláusula presuntiva de inestabilidad, lo cual pretenden que desaparezca.
"Con que se resuelva este punto, puede haber acuerdo", aseguró Díaz, al explicar que bajo esta modalidad los contratos se reanudan cada seis meses y así a un servidor que lleve casi 20 años le pueden decir 15 días antes que no se renovará y queda en la calle.
Así era EPM, comentó el vocero sindical, y señaló que desde 2001 se cambió aquella modalidad por la de contratos a término indefinido.
Otro tema que consideró que genera mucho malestar es la desigualdad salarial porque ocurre que dos trabajadores hacen lo mismo y las diferencias son amplias. El sindicato, recalcó, plantea una mesa de diálogo para que este asunto se resuelva, no ya, sino a mediano plazo con voluntad política.
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