Más de 1.000 réplicas se registraban hasta anoche en Nicaragua después del terremoto de magnitud 6,2 Richter ocurrido la tarde del jueves, que causó un muerto, 33 heridos graves y alrededor de 1.600 casas afectadas, informaron fuentes del Gobierno.
"Después del evento (de 6,2 Richter) más de 1.000 réplicas, solamente en la contabilización que se lleva a mano", dijo la directora del departamento de Geofísica del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), Angélica Muñoz, durante una reunión del gabinete de Gobierno transmitida por medios oficialistas.
Ante el impacto del primer sismo, numerosas personas que alcanzaron las calles se abrazaron, lloraron e imploraron al cielo por el fin del terremoto. Luego fue la angustia por tratar de recuperar a los seres queridos que quedaron atrapos o no lograron salir a las calles en busca de protección.
Debido al enjambre de réplicas, el presidente de la República, Daniel Ortega decretó el alerta roja en todo el país. "Estábamos en alerta amarilla, pero estamos pasando a roja porque es lo que nos han recomendado... y es poner al máximo de tensión a las instituciones del Estado para hacer frente a la situación", dijo Ortega en rueda de prensa.
El alerta roja implica que las instituciones encargadas de enfrentar la emergencia deben evacuar a la población en riesgo, activar todos los comités locales y mantener constante comunicación entre las diversas entidades. Entre otras medidas, se ordenó suspender clases y todas las actividades culturales y masivas previstas para el fin de semana.
Numerosos gobiernos del continente se pusieron a disposición de Managua para acompañarla en la tragedia.
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