Hay formulaciones estelares que son como concentrados de poesía cotidiana. Una de ellas fue revelada la semana pasada en una conferencia pronunciada por Yezid Arteta, el antiguo guerrillero que luego de purgar su condena es hoy investigador académico y escritor en Barcelona, lo mismo que encargado por el gobierno colombiano para misiones de paz.
La frase no es de él sino de un amigo suyo no identificado, que no es ni intelectual ni artista pero que evidentemente merece los dos enaltecimientos. Es ésta: "Colombia tiene tanto futuro, que lo que no tiene es presente".
¿Habrá alguien definido con mayor precisión y audacia la índole de nuestra desgracia y nuestra gracia? Es difícil encontrarlo. Aparentemente la afirmación está compuesta por dos mitades, una referida al futuro, otra al presente. Esa es apenas la apariencia.
La punzada, no obstante, consiste en la forma como están unidas esas dos partes del artefacto expresivo. El adjetivo 'tanto' y la conjunción 'que' hacen las veces de goznes, de modo que el primer segmento condicione el grado del segundo.
Es tan grande el futuro de este país, que su presente no puede ser otro que el desastre actual: he aquí el real peso dinámico de la sentencia.
Ahora bien, como a toda fulguración poética cada cual podrá darle un sentido según el ángulo de su visión. Desde una perspectiva ahumada podría interpretarse que solo el triunfo de la vigente guerra, mediante la aniquilación íntegra del enemigo, daría paso a un triunfo inversionista.
Desde una óptica que podría llamarse telúrica, se diría que la actual carnicería de ávidos colombianos que eliminan a pobres colombianos para apoderarse de tierras colombianas, es la manifestación en negativo de una tremenda energía positiva descarriada.
Sea cual fuere el punto de vista desde el que se aprueben tan alto futuro y tan concomitante presente degradado, todos concordarán en que una fuerza muy altiva medra en el subsuelo colombiano. Un ímpetu de humanidad heroica y resistente, anónima y generosa, que está labrando entre charcos escarlatas un porvenir de pueblo enorme. Víctimas y victimarios son volcán de contrapuestas lavas. Pero el magma alimenta sin cesar todos los fuelles y la erupción indicará la flecha que sube en el viento.
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