Si estuvieran en casa, seguro su mamá les diría "hijitos, no jueguen con candela", pero Chalo's y Jonathan están en la tienda de la magia y allí todo puede pasar, porque el mundo es ilusión.
Queda en el barrio Cristóbal, al occidente de Medellín, y es la única que hay en la ciudad, por lo menos con estructura estilo tienda. Se llama "Universal de Magia" y allí se consigue desde el más sencillo elemento para un truco, como son las cartas, hasta los más sofisticados objetos, como aros metálicos, flautas que aparecen y desaparecen o cajas con dobles fondos y sombreros multicolores. Sombreros de mago, en los que cabe todo, porque todo es ilusión.
Existe hace tres años y la montaron Mr. Mago y Chalo's, el primero un mago aficionado y el segundo todo un profesional de este oficio (¿arte?), que incluso fue cofundador del Club de Ilusionismo de Antioquia.
La tienda se creó porque para los magos de Medellín y también para los que querían aprender ilusionismo, acceder a los productos mágicos era algo complejo, "muchos traían objetos importados -se siguen trayendo- de Europa y Estados Unidos a precios muy costosos y con indicaciones de uso en inglés, pero la gente no entendía nada y la plata terminaba perdiéndose. Ahora es sencillo, porque se venden productos fabricados acá y también importados, pero a la gente le explicamos cómo se usan", explica Chalo's, que junto a su hijo de 22 años, Jonathan, también mago, creó el llamado Kit Mágico, hecho con elementos sencillos para que cualquier persona, sin saber nada, aprenda trucos.
Es una cajita negra que encierra encantos y misterios en objetos tan sencillos como dados, monedas, naipes, bolas y paleticas con perlas de colores, que al roce de las manos cambian de tonalidad.
"Es un kit que tardamos siete años en inventar, ahora estamos preparando el kit 2, con elementos y sorpresas diferentes", apunta Chalo's.
Uno quisiera...
Uno quisiera preguntarles a estos dos magos que le revelen de una vez cómo es que hacen los trucos y cómo es que se inventan tanta cosa, que incluso en los videos pasados cuadro a cuadro es a veces imposible detectar los secretos.
Pero no, mejor vivir desconociendo ese misterio para gozar el espectáculo de la ilusión, que divierte y asombra a niños y grandes sin importar el estrato ni la condición social o el género.
En la tienda uno ve vitrinas con simples botellas de Coca Cola o de vino, vacías o llenas, que aparentemente no tendrían algo raro, pero que en manos del ilusionista se vuelven tesoros, ganan encanto.
Dados, cartas, flores, monedas que se desaparecen o se multiplican, tiras de papel, bolas de espuma que se tornan de colores a la mano del mago y hasta el libro "Mente prodigiosa, un mundo lleno de ilusión", se hallan en este encantador lugar, donde también se dictan clases de magia.
"Tenemos montado un curso y desde que la gente sienta la pasión aprende fácil", explican papá e hijo, que curiosamente trabajan juntos en algunos shows, pero que cada uno tiene su montaje propio, pues todo es muy teatral.
A Chalo's le encantan la candela y los juegos con los animales, usa perros y palomas que aparecen y desaparecen o cambian de color en un abrir y cerrar de ojos.
Jonathan, que estudia Ingeniería en la U. de A. y aspira a ser el ingeniero de la magia -de tal palo tal astilla-, se divierte más con los objetos luminosos.
Es una delicia visitar este lugar, porque aunque el mundo es lo que es, también es lo que vemos y nos hacen ver estos seres encantadores llamados magos, que aunque sea de mentira, nos transportan a un universo mágico en el que no hay angustias y sólo se vive entre la risa y la sorpresa. ¡Y claro, la ilusión!
Pico y Placa Medellín
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