Llegó la hora cero, el día marcado en el calendario de los católicos. Después de un largo camino de 50 años hacia la canonización, en la madrugada, Colombia tendrá su primera santa.
"El día es muy especial. Uno ya no tiene palabras para describir un momento tan especial como el que estamos viviendo. Es la primera santa colombiana y es una riqueza para la iglesia. Su vida fue dedicarse a hacer conocer a Dios", señala la religiosa Gilma Mazo.
Ayer las hermanas que continúan el legado de Laura Montoya Upegui vivieron un simulacro de lo que ocurrirá hoy, desde las 8:00 de la noche, en el barrio Belencito, al occidente de Medellín.
Centenares de estudiantes marcharon por la carrera 92, donde se ubica la sede principal de la Congregación de Misioneras de María Inmaculada y de Santa Catalina de Siena, para celebrar la canonización en Roma.
Con pétalos, globos, una banda marcial y estatuas de yeso a sus espaldas, los jóvenes fieles llegaron hasta el Templo del Sol, donde tuvo lugar una eucaristía llena de ofrendas.
Hubo carteles con la imagen de la hasta hoy beata, arreglos florales y hasta flechas, símbolo del trabajo de evangelización que la fundadora de la comunidad religiosa realizó con las comunidades indígenas del departamento.
Detalles de la liturgia
De dos a cinco mil personas esperan las Lauritas durante las cuatro celebraciones que ofrecerán hoy en el santuario donde reposan los restos de la Madre Laura.
Como es usual, dos eucaristías se celebrarán en el Templo del Sol. La primera a las 7:00 de la mañana seguida por otra más a las 3:00 p.m.
Y desde las 8:00 de la noche, la Jornada de Oración y Fe. Serán cuatro horas de una ceremonia solemne. En palabras de la hermana Surama Ortiz, una noche de oraciones, cantos y reflexión.
"En la liturgia van a presentar el perfil de la Madre Laura, como mujer, educadora, fundadora, mística, escritora", informa la hermana Mazo.
"Luego hay unas danzas, muy especiales, alusivas a la oración. Después, el lucernario, en el que va a haber 16 peticiones que vamos a llevar al pie de la Madre. Llevamos un cirio, con una petición, y se la dejamos a ella", añade.
Este será uno de los momentos más especiales de la ceremonia que celebrará la decisión de El Vaticano en Medellín.
Después de una remodelación que en las últimas semanas ha mantenido la tumba de Laura Montoya o altar de las reliquias oculta a los ojos de sus seguidores, este será el momento para volver al sitio de peregrinación. Hasta ayer, el santuario se mantenía clausurado, mas las hermanas esperan que hoy pueda reabrirse.
De acuerdo con la hermana Teresa Builes, las peticiones del lucernario se harán a favor de temas como la vocación religiosa, la paz, los afrocolombianos y los indígenas. "Llevamos 16 peticiones que van a estar enmarcadas en las necesidades universales de la Congregación y los grupos con los que ella trabajó", revela.
"Por el Santo Padre, la familia, por la iglesia, por la congregación, por el pueblo, por la paz. Ya están listas las peticiones y van a estar muy bonitas. Luego hay una procesión con el santísimo", agrega la religiosa Gilma Mazo.
Finalmente, con pantallas gigantes, los feligreses podrán conectarse con Roma y Jericó a través de la televisión local. "Aunque le estamos diciendo a la gente que se queden tranquilos en sus casas, ya que luego va a ser transmitida la canonización a las 8:00 de la mañana, algunos querrán venir. Hay mucha gente que tiene qué agradecerle a la Madre Laura", advierte la hermana Builes.
A la hora de la santidad
Recuerda una de las misioneras de la Madre Laura que cuando la nombraron beata, en abril de 2004, hubo hasta pólvora y con ella casi se quema un carro.
En la madrugada, dice, el momento de la canonización será celebrado con "felicidad, un gozo y una acción de gracias". Nada más.
Es la misma actitud que la hermana Teresa Builes cree que tendrá la comunidad de las Lauritas, que no han descansado un solo instante en los últimos días. Una preparación "con oración, mucha alegría y mucho entusiasmo", según dice la hermana Surama, es la que permite que hoy la mesa esté servida para una feligresía eufórica.
A eso de las tres de la mañana, Laura Montoya dejará de ser beata para la Iglesia Católica. "Me imagino que todas vamos a estar en una actitud de acción de gracias, y pidiéndole por la congregación", anticipa Teresa Builes, una de las más fieles seguidoras de la primera santa antioqueña.
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