Gary Lineker, el goleador inglés, lo dijo medio en serio, medio en broma: "el fútbol es un deporte que inventaron los ingleses, juegan once contra once y siempre gana Alemania". En el grupo D hay tres equipos hambrientos que quieren demostrar lo contrario.
Alemania tiene la manera más perfecta de hacer del entretenido fútbol un aburrido juego con victoria para la que algún día fue dividida entre Federal y Democrática. Y en Sudáfrica, ante selecciones jóvenes y de poco peso, la primera ronda parece más un trámite que un reto.
Alemania tiene la increíble capacidad de alimentarse de sus viejos cada vez que llega una Copa del Mundo. No importa la talega de años que cargaron, en su momento, Pierre Littsbarski (1990), Jurguen Klinsmann (1994), Lothar Matthaus (1998), Oliver Kahn (2002) y Jens Lehmann (2006). Los viejos teutones, desde los tiempos de Uwe Seeler y Sepp Meier, siempre saben cómo responder ante el llamado.
Esta vez, el llamado parece tocar a la puerta de Michael Ballack (33 años) y Miroslav Klose (32), quienes son los llamados a tirarse al hombro el equipo del joven Joackim Low, para que responda a su eterno remoquete de candidata al título.
Todos por el otro
Que levante la mano el que tenga el favorito por el otro cupo del grupo. ¿Alguno que diga que Serbia lo merece más que Ghana? ¿O que apunte a que Australia no puede repetir lo de Alemania-2006?
Los escuderos, en el plan del papel de favorito de Alemania, tienen todo por ganar, y poco por perder en África.
Australia intentará repetir el Mundial de Alemania, del que salió de forma injusta (árbitros) en octavos de final ante la campeona Italia.
Ghana, con la misma base que también fue superada en la segunda ronda hace cuatro años, buscará demostrar que es un fenómeno entre los juveniles, pero también una corriente en el concierto mayor.
Por último, la mayor donante de la extinta Yugoslavia, Serbia, buscará el triunfo ahora en solitario, con un equipo fuerte, pero lejos del poderío de sus ancestros.
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