Uno de los objetivos de las Farc al sentarse a negociar el fin del conflicto con el Gobierno, es que un día pudieran participar en las contiendas electorales. Y ayer, con la firma del segundo punto de la agenda, en el que se busca la participación política de los guerrilleros una vez dejen las armas, esos días se han acercado bastante.
La firma de este segundo punto allana el camino para que las Farc, como en otras ocasiones, se convierta en un partido político. Así lo dejaron entrever el Gobierno y los representantes de los países garantes, Cuba y Noruega, cuando afirmaron que en el consenso alcanzado "se constituye una apertura democrática en el marco del fin del conflicto".
Pero no solo las Farc se beneficiarían de la firma del segundo punto. Este hecho le sirve a toda la sociedad, dijo el presidente Juan Manuel Santos, al aseverar en su alocución presidencial de ayer que este acuerdo "fomenta la participación ciudadana y la llegada de nuevos movimientos y partidos políticos" al panorama electoral colombiano.
"Hemos creado un sistema integral de seguridad para el ejercicio de la política, además, la creación de una misión electoral con expertos para crear medidas de transparencia en las elecciones", manifestó Santos.
Más claro lo dijo Humberto de la Calle, jefe de la delegación negociadora del Gobierno colombiano: "Lo acordado hoy representa una nueva apertura democrática. Esta nueva apertura abrirá el camino para arraigar definitivamente la paz tras la terminación del conflicto".
De la Calle ve la firma del segundo punto como una apertura "a las fronteras de la democracia", pues con el acuerdo se adoptan mecanismos de participación de todos los partidos políticos, se amplían los derechos y garantías para el ejercicio de la oposición y los espacios de participación política y ciudadana.
"Lo que hicimos en este acuerdo Gobierno y Farc, fue convenir un mecanismo legítimo con participación de las organizaciones políticas nacionales, para que en ese espacio se le dé vida al Estatuto para la Oposición", enfatizó el jefe negociador.
En su intervención, Rodolfo Benítez, vocero de Cuba, expresó que en el subpunto de promoción del pluralismo político "se acordó que en el marco del fin del conflicto y con el objetivo de consolidar la paz, se harán cambios institucionales para facilitar la constitución de partidos políticos y el tránsito de organizaciones y movimientos sociales con vocación política para su constitución como partidos o movimiento políticos".
Desde la orilla de las Farc, el grupo guerrillero expuso que con la firma de este segundo punto se espera que en Colombia se respete el derecho a la vida, a la diferencia, a la opción política, a la no estigmatización.
Las palabras de "Iván Márquez", jefe de la delegación negociadora de las Farc, se encaminaron en ese sentido y fueron enfáticas en cifrar la esperanza en que en un futuro "se puedan debatir las ideas sin temor a ser asesinado, perseguido, desaparecido o criminalizado".
Para "Márquez", las aproximaciones y convenios tratados en el segundo punto de la agenda, y que dio fin al ciclo 16 en la mesa de diálogos, son quizás de los más importantes logros. La tarea a seguir, dijo el jefe guerrillero, es la convocatoria a los partidos y voceros de organizaciones sociales para elaborar los lineamientos de construcción de un estatuto para la oposición política.
"Por otro lado, que se establezcan en eventos democráticos de orden nacional, los fundamentos para que surja una normatización que dé verdadero reconocimiento, con garantías, a la existencia y a los derechos del movimiento social", precisó "Iván Márquez".
Lo que se firmó en Cuba
La firma del punto en participación política estuvo antecedida por varios hechos que enrarecieron el ambiente de la mesa de diálogos y generaron que algunos detractores del proceso de paz lanzaran sus dardos contra el proceso.
Tras la lentitud para firmar el segundo punto, cuya discusión duró seis meses, el presidente Juan Manuel Santos insistió en varias ocasiones en meterle el pie al acelerador. A esta situación, se sumó la publicación de unas fotografías en las que se ve a algunos jefes guerrilleros en altamar fumando tabaco y tomando el sol, lo que desencadenó en el país una serie de posiciones encontradas frente al proceso.
Pese a estos episodios, la firma del segundo punto de la agenda, al igual que la del primero, fue calificada de histórica. En este acuerdo se llegó a un consenso sobre tres puntos: Los derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política, y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del acuerdo final; los mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas; y las medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con garantías de seguridad.
Además en uno de los hechos más relevantes, en el documento conjunto, la insurgencia se compromete a dejar la lucha armada para convertirse en un partido político que participará de las contiendas electorales en el futuro.
La firma de este acuerdo es para el analista y politólogo de la Fundación de Paz y reconciliación, Ariel Fernando Ávila, un gran avance hacia la firma de la paz y explicó que el segundo punto clave en la negociación es el que hace referencia a la justicia transicional y la dejación de las armas.
"En este momento el proceso de paz es irreversible. Fue un muy buen acuerdo para ambas partes. El gobierno cedió lo suficiente para dejar a la sociedad y a las Farc tranquilas. Esto va atener un impacto muy importante en las dinámicas electorales del país", comentó Avila.
Sin embargo, y ante el optimismo del anuncio sobre la firma del segundo punto de la agenda, el exministro de Justicia, Carlos Medellín, precisó que lo acordado entre Farc y Gobierno debe ir al Congreso y hacerse una reforma constitucional para poderse aplicar.
Voces a favor y en contra
La firma del segundo punto de la agenda encontró eco en diferentes voces, unas que apoyan y otras que rechazan no solo el acuerdo de este segundo punto, sino del proceso en general, iniciado el 18 de noviembre de 2012.
En la visión del representante a la Cámara Iván Cepeda Castro el acuerdo es adquisición fundamental para la historia del país. "Espero que en esta oportunidad se ponga fin a la violencia y el homicidio político como forma de alcanzar las cosas". Agregó Cepeda que el anuncio es punto clave para la terminación de 50 años de conflicto.
En contravía a esta posición, el candidato presidencial por el Centro Democrático, Óscar Iván Zuluaga, comentó que el tema grueso sobre la participación política es elegibilidad - delitos de lesa humanidad y crímenes atroces. "Dejar que a esos cabecillas se les premie llegando al Congreso de la República. Es lo que sería bueno conocer en el tema de la agenda política, porque es el fondo de la discusión".
Para responder a esas voces, Santos enfatizó en que no habrá cese del proceso de paz porque hay avances, e hizo un llamado a los colombianos para que apoyen el proceso y "llegar al puerto deseado", el de la paz.
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