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Túnel del Toyo, clave para bajar a la mitad el viaje Medellín-Urabá

Sería el túnel de carretera más largo de América. Es una de las joyas del proyecto Autopistas para la Prosperidad.

  • En la mitad de la foto está la actual vía a Cañasgordas. El túnel atravesaría estas montañas por los 1.500 m.s.n.m. FOTO Julio César Herrera
    En la mitad de la foto está la actual vía a Cañasgordas. El túnel atravesaría estas montañas por los 1.500 m.s.n.m. FOTO Julio César Herrera
18 de enero de 2014
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Entre los ventarrones del Boquerón del Toyo, en la carretera Santa Fe de Antioquia - Cañasgordas, solo se ve a Gilberto Urrego Arboleda tapando decenas de huecos que, desde el corregimiento Manglar, de Giraldo, hacia el occidente, vuelven la vía una trocha.

Corría el 2000 cuando este hombre de 68 años, oriundo de Cañasgordas, empezó a recorrer este tramo crítico del camino. Desde entonces, con pala, carreta y tierra sacada de las montañas de las orillas, facilita el paso por allí.

Por eso, los conductores le gritan "¡hola Patillas…", o Abuelo, y le agradecen su labor. Y él se alegra por esos gestos de cariño y porque los pesos que le dan a diario los choferes por su trabajo le sirven para ayudarles a sus cuatro hijos, 11 nietos y un bisnieto.

Es este trayecto el principal culpable de que hoy el viaje de Medellín a Cañasgordas dure tres horas. Y coincidencialmente, esta tarde del miércoles 15 de enero de 2014, Gilberto está parado en el sector donde en 2024 estaría la boca de entrada del túnel del Toyo, recibiendo carros y motos que de Medellín a Cañasgordas tardarían hora y media.

En esa zona, pero 1.000 metros abajo, en tierras de Giraldo, a 1.500 metros sobre el nivel del mar, estaría una de las joyas del megaproyecto Autopistas para la Prosperidad.

Si hoy estuviera listo, sería el túnel de carretera más largo de América, pues con sus 9,7 kilómetros superaría al de La Línea, de 8,6.

Junto a la vía al Mar 1, que es la concesión que irá por el actual trazado Medellín - Cañasgordas, se perfila como el gran alivio que tendrán quienes viajen entre la capital de Antioquia y Urabá.

Cuando se les mienta el túnel del Toyo, los usuarios de la carretera al mar expresan expectativa, pero también incertidumbre, teniendo en cuenta que hace años están oyendo hablar de la obra y aún no ven ejecución.

Uriel Ceballos Villegas, conductor de microbús de Transportes Gómez Hernández, considera que entre Santa Fe y Cañasgordas "la vía es pésima; prácticamente una trocha. Espero que el túnel del Toyo se haga realidad porque el cambio que tuvimos con el de Occidente fue muy bueno. De Medellín a Santa Fe nos demorábamos hasta dos horas y cuarto y ahora, hora y 15".

Róger Antonio Garcés Quiceno trabaja en un chivero hacia distintas poblaciones del Occidente del departamento, y dice que de Santa Fe a Cañasgordas se tarda hasta dos horas y "cuando hay derrumbe en Cuchilla Larga se queda uno sin pasar".

Por su parte, Rodrigo Mendoza Quiroz, habitante de Santa Fe y camionero, se lamenta porque hacia Cañasgordas "no hay vía alterna. La antigua a Urabá, que era destapada, la abandonaron".

Ya en Cañasgordas, Edwin Alexis Alcaraz David, mototaxista, comenta que si la vía estuviera buena, el viaje hasta Santa Fe no duraría dos horas sino una hora y 20 minutos. "No importa que haya túnel; la carretera no se puede abandonar", apunta.

Andrés Ortiz, dueño de una microempresa de buñuelos, afirma que de Santa Fe hacia Cañasgordas "hay buena maquinaria, pero hay mucho derrumbe. El túnel del Toyo sería muy bueno porque recorta mucho la carretera; esa gente organiza eso muy bien".

Germán Medina Villa, vendedor de carne, opina que la obra "sería de mucho beneficio porque la gente de Medellín se vendría a pasear a estos pueblitos. Aunque con el túnel también llegarían los ladrones". Habitantes de Santa Fe coinciden en esto último, puesto que, según ellos, el túnel Fernando Gómez Martínez facilitó la llegada de malandros a la Ciudad Madre.

Otro temor de las comunidades de la zona lo expone el alcalde de Giraldo, Jaime León Pérez Guerra, quien de entrada califica el túnel del Toyo como una obra importantísima que beneficiará la región.

No obstante, su preocupación radica en que "Manglar quedará aislado. Al pasar por debajo no tenemos claro cómo será la proyección de la zona urbana hacia la troncal". Y dice que así la actual vía a Urabá se siga usando, "la gente cogerá la de mejores especificaciones". Añade que el túnel también alejará a Buriticá.

La variante del Toyo
Federico Restrepo Posada, gerente de Autopistas para la Prosperidad, explica que el túnel es solo una parte de la variante del Toyo, nueva vía de 39,3 kilómetros entre Santa Fe y Cañasgordas que se suma a las otras 8 del megaproyecto.

Partirá de un intercambio vial que habrá sobre el río Cauca, antes de Santa Fe, cuando se va desde Medellín; se turnará en su recorrido por las márgenes derecha e izquierda del río Tonusco y recogerá la vía vieja al mar hasta llegar al Boquerón del Toyo, donde accederá al túnel, que desembocará tres kilómetros antes de la cabecera de Cañasgordas. De ahí, la nueva carretera terminará en el casco urbano de este municipio.

La variante es la gran apuesta de Antioquia para acelerar los viajes hasta Urabá. Por eso, recibirá los recursos que pone la región en Autopistas.

De esta forma, los 1,83 billones los ponen el Departamento de Antioquia (780.000 millones), el Municipio de Medellín (520.000 millones) y la Nación (530.000 millones).

Además del túnel del Toyo, tendrá 17 túneles cortos y 33 puentes. Así, serán más de 20 kilómetros a cielo abierto, más de 15 en túneles y 3 en puentes. Todo, para transitar a 80 kilómetros por hora. La obra generará de 5.000 a 6.000 empleos directos.

Si se analiza aparte, el gran túnel vale 900.000 millones. Tendrá cinco metros de altura hasta su techo de concreto, pero la excavación es mucho mayor para los ductos de ventilación. En un punto, entre el túnel y la parte más alta de la montaña habrá 1.000 metros.

Contraria a las otras ocho autopistas, la variante del Toyo no se construirá por concesión sino como obra pública, similar a como se ha ejecutado la conexión Guillermo Gaviria Correa, entre Medellín y Santa Fe. De acuerdo con Restrepo, se optó por esta modalidad porque sale más barata.

La licitación pública se abriría en marzo de 2014, se adjudicaría en septiembre y un año después, tras estudios de ingeniería de detalle, gestión de predios y licenciamiento ambiental, empezaría la construcción. La parte más demorada es el túnel del Toyo, que se proyecta para ocho años. De ahí que se espera que pueda ser estrenado en 2024.

Restrepo calcula que por esta variante, el recorrido Medellín - Cañasgordas, que hoy tarda tres horas, se hará en hora y media. "No es cierto que Manglar vaya a quedar aislado, porque la concesión Vía al Mar 1 va por la actual carretera Medellín - Cañasgordas y seguirá operando", aclara.

La concesión y la variante serán de una calzada a 80 kilómetros por hora, pero se comprarán terrenos para posibles segundas calzadas en el futuro.

Restrepo estima que, en 2024, cuando estarían operando todas las autopistas, de Medellín a Urabá, con vías en perfecto estado, el recorrido de un camión de cinco ejes pasaría de las 10 horas de hoy a cuatro horas, y el de un carro liviano, a la tercera parte.

Con todo, uno de los que perdería sería Gilberto, el que tapa los huecos, que desde ya cree que con el túnel se le acabará el trabajo. "De pronto me voy a hacer algo en el monte, pero ya ni café hay"

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