El primer ministro turco, Tayyip Erdogan, afirmó este viernes que su país "no está lejos" de una guerra con Siria luego del ataque con mortero transfronterizo lanzado por las fuerzas sirias esta semana, lo que destaca el peligro de que la revuelta contra el presidente sirio, Bashar al-Assad, se expanda a sus vecinos.
En un discurso de tono beligerante ante una multitud en Estambul, Erdogan advirtió que el Gobierno de Assad estaría cometiendo un error fatal si elige un combate con Turquía.
Las declaraciones se produjeron luego del ataque con mortero sobre un pueblo del sudeste de Turquía en el que murieron cinco personas el pasado miércoles.
La artillería turca bombardeó el pasado miércoles y jueves posiciones sirias como respuesta al ataque de Damasco, causando la muerte de varios soldados sirios. En tanto, el Parlamento turco aprobó la acción militar transfronteriza en caso de más agresión.
"No estamos interesados en una guerra, pero tampoco estamos lejos de ella", exlamó Erdogan en su discurso.
"A aquellos que intentan probar la posibilidad de disuadir a Turquía, su determinación, su capacidad, les digo que están cometiendo un error fatal", agregó.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó el ataque sirio y reclamó el cese inmediato de ese tipo de violaciones a la ley internacional.
Estados Unidos afirmó que defiende el derecho de su aliado en la Otan de defenderse contra la agresión que derive del conflicto armado interno que vive Siria.
La violencia transfronteriza de esta semana fue la más grave en lo que va del conflicto en Siria, que ya lleva 19 meses, y resaltó cómo podría expandirse por la región.
Turquía, alguna vez aliada de Assad y ahora una de las principales voces que reclama su dimisión, alberga a más de 90.000 refugiados de Siria en campos en su territorio y brinda asilo a líderes rebeldes.
La violencia también se extendio a El Líbano.
Capturan una base aérea de misiles
Más de 30.000 personas murieron en la revuelta contra el presidente Assad, que comenzó como una protesta pacífica en las calles pero que ahora escaló transformándose en una guerra civil con fuerte matices sectarios.
Alrededor de 180 personas murieron en Siria el pasado jueves debido a la violencia, entre ellas 48 soldados del Gobierno de Assad, indicó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo activista con sede en Gran Bretaña.
Los rebeldes sirios sostienen que capturaron una base de defensa aérea con provisiones de misiles en las afueras de Damasco, un impulso para su campaña tras varios reveses en la capital de Siria, donde las fuerzas del presidente Bashar al-Assad tienen el control.
Un video publicado en YouTube muestra a decenas de rebeldes vestidos con uniformes militares celebrando el humo negro que se levanta de una instalación militar que está a sus espaldas.
Un hombre de mediana edad, que sostiene un rifle de asalto, dice que el ataque a la base lo llevó a cabo un batallón rebelde de la ciudad de Douma. También puede verse a rebeldes ante un arsenal que incluye lo que parece parte de la superficie de un misil antiaéreo.
No fue posible verificar de manera independiente los videos. El acceso de los periodistas extranjeros a Siria está restringido por el Gobierno.
Aunque los combates suelen producirse en suburbios de Damasco, las fuerzas rebeldes no pudieron mantener áreas bajo su control por mucho tiempo debido al poder de artillería y aéreo del Gobierno.
No obstante, los rebeldes lanzaron ataques devastadores con bombas sobre oficinas militares y del Gobierno en el corazón de la ciudad.
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