El pasado 7 de agosto, a primera hora, el presidente Juan Manuel Santos, acompañado de su familia, se dirigió al territorio sagrado de los indígenas de la Sierra Nevada para participar en un acto simbólico de posesión sin precedentes en la historia del país.
El helicóptero despegó desde el aeropuerto Simón Bolívar de la ciudad de Santa Marta y se enrumbó hacia el departamento de la Guajira sobrevolando las hermosas bahías del Parque Tayrona. Al fondo se observaban majestuosos, entre las nubes, los picos nevados, iluminados por un sol radiante. Las lluvias torrenciales de los días anteriores habían alertado a varios asesores presidenciales quienes no ocultaban su preocupación. Sin embargo el trabajo espiritual realizado por los Mamas, quienes conocen el comportamiento de la naturaleza, garantizó que "todo estuviera de acuerdo" para el acto simbólico.
Una vez en tierra se apagaron los motores y el sonido de la naturaleza, de los ríos y quebradas invadió a todos los presentes en medio de una atmósfera de tranquilidad y paz. Los Mamas mayores sentados en una de las grandes piedras sagradas cercanas al centro ceremonial de Seiyua esperaban a la familia presidencial para que depositaran en un algodón su pensamiento. De esta manera se iniciaba el saludo. Luego, en fila india, se caminó hacia el poblado donde se localizan los templos masculino y femenino. Allí los demás Mamas y los Cabildos Gobernadores de los pueblos de la Sierra Nevada aguardaban al presidente y su familia para saludarlos. De inmediato los Mamas condujeron a los hombres de la familia al interior del templo mayor, pero antes de ingresar debieron quitarse los zapatos. Por su parte las mujeres mayores, esposas de los Mamas, invitaron a la primera dama y a su hija a ingresar a la casa ceremonial femenina. Lo que paso allí adentro quedará reservado a la memoria y será solo privilegio de los participantes.
Al salir de los espacios sagrados el Cabildo gobernador Kogi explicó el simbolismo de los objetos entregados al presidente y a su señora. Un collar con cuatro piedras antiguas o tumas de diferentes colores las cuales simbolizan el agua, el aire, la naturaleza y la tierra, y un bastón de mando de macana. Las tumas, mencionó el Cabildo, son la memoria y la historia de la naturaleza y es esa historia de origen y el respeto al agua, al aire, a la tierra y a la naturaleza la que guía el camino para el buen gobierno, una responsabilidad que está representada en el bastón de mando. Así siempre habrá vida y alimento para todos. A su vez el huso para hilar el algodón le permite a la mujer tejer el pensamiento para que sus actos materiales conduzcan igualmente a cuidar la naturaleza como fuente de vida. Esta es la armonía entre lo masculino y lo femenino. Luego el Cabildo Kankuamo dio lectura a un documento en el cual se hacía mención al gesto realizado por el Presidente con su visita, el cual era interpretado como una muestra de su voluntad política para garantizar el cumplimiento efectivo de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas de Colombia establecidos en la Constitución y de manera fraternal el deseo que todos sus actos conlleven al respeto y reconocimiento de la diversidad étnica y cultural como garantía para lograr la prosperidad y la unión del pueblo colombiano.
Ya de regreso a Bogotá, durante el acto de posesión en la Plaza de Bolívar ante más de 5.000 personas y numerosos presidentes y delegaciones internacionales, el Presidente inició su discurso haciendo referencia a su visita y al mensaje de los "hermanos mayores, guardianes del equilibrio universal" y se refirió a cómo "tierra, agua, naturaleza y buen gobierno -esos símbolos preciados- harán parte integral de la administración que comienza. Es el mensaje de la vida, de la armonía, y de la unidad dentro de la diversidad" y enfatizó diciendo que "es el mensaje de la Colombia pacífica y sabia que queremos dejar a nuestros hijos". Luego afirmó: "Haciendo honor a ese mensaje, hoy reitero solemnemente, en esta histórica Plaza de Bolívar, que presidiré un Gobierno que será de Unidad Nacional y que buscará la prosperidad social para todos los colombianos".
Sin lugar a dudas, se ha tratado de un acto y un discurso sin precedentes en la historia de nuestro país. Les deseo lo mejor al presidente Santos y a su familia para el logro de sus objetivos.
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