Una vez se tengan las conclusiones de los estudios médicos y psicológicos se determinará si se inicia o no un proceso disciplinario contra un agente de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, que este lunes protagonizó escenas de pánico en el barrio Antioquia.
El uniformado, con su fusil de dotación, se atrincheró en un templo de la comunidad de Testigos de Jehová, ubicado en la calle 24 con carrera 65 D, hizo disparos al aire. Todo con el fin de llamar la atención de las autoridades.
El subcomandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, coronel Juan Pablo Guerrero, indicó que al parecer un hermano suyo -que estaría muy enfermo- no recibió atención médica en el Valle de Cauca y esa habría sido la causa de su protesta.
Entre las 11:30 a.m. y la 1:10 p.m. de este lunes la comunidad, estuvo en vilo, aunque nunca ninguna persona se vio amenazada ni tampoco hubo rehenes de por medio.
Tan pronto como se dio el hecho las autoridades se hicieron presentes en el lugar. Entre ellos policías, agentes del Gaula y dos sacerdotes.
Un compañero suyo logró que el uniformado entregara su arma, lo que permitió el ingreso de la delegada de la Unidad de Derechos Humanos de la Personería de Medellín, Ana Patricia Aristizábal, para una negociación con el desesperado hombre.
Por fortuna ninguna persona resultó lesionada. El agente fue retirado del lugar en una ambulancia para ser llevado a un centro médico para su valoración.
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