Son extrañas las mencionadas pretensiones del presidente Chávez Frías de identificar el esqueleto de Bolívar, estudiar su mapa genético, describir su morfología y finalmente identificar si fue asesinado con ponzoña, pues no responden a un planteamiento científicamente válido.
En ningún caso era necesario hacer el procedimiento de sacar el esqueleto del Libertador de su ataúd; varias son las razones para no hacerlo: el estudio del esqueleto se pudo hacer pasando el ataúd por un equipo de rayos X o por un equipo de Tomografía Axial Computarizada (TAC), que revela detalles muy íntimos y válidos científicamente como dimensiones, sexo, patologías o algunas enfermedades padecidas, fracturas sufridas y otros detalles dentarios sin necesidad de sacar la osamenta de su cofre.
Si lo que se deseaba era hacer un estudio genético entonces sólo era necesario tomar, a través de un pequeño agujero del cofre, fragmentos de hueso. Así se ha hecho en las investigaciones de los ataúdes de los faraones egipcios. Por el mencionado agujero se pueden introducir cámaras, pinzas, sondas, etc., sin necesidad de retirar el esqueleto de su ataúd.
En cambio, si lo que se pretendía era el estudio de toxicología para detectar restos de sustancias ponzoñosas, era suficiente tomar unos pocos gramos de hueso extraídos por medio de biopsia o estudiar los cabellos del Libertador tomados de los mechones que existen en museos.
Se conoce que el arsénico puede permanecer hasta por tres mil años en el cabello humano; el estudio de la momia de Tutankamon reveló que había arsénico en sus huesos. El estudio de los cabellos de Napoleón Bonaparte indicó arsénico en sus cabellos pero los investigadores desecharon la hipótesis de envenenamiento. El arsénico es un elemento químico tóxico que, en la época del libertador, era utilizado como medicina para los dolores de cabeza, las hemorroides y para la preparación de los cadáveres. De hecho, investigaciones de los restos de Jorge III de Inglaterra y contemporáneo del Libertador mostraron arsénico.
La autopsia de Bolívar
Según el informe de la autopsia practicada por el doctor Próspero Reverand, Bolívar falleció en diciembre de 1830, a los 47 años, por causa de una tuberculosis, pues en su cavidad torácica halló flemas y fluidos verdes.
Investigaciones de medicina interna también proponen que Bolívar falleció de una insuficiencia renal aguda. Eventos como la fiebre y el vómito ocasionan deshidratación y daño renal.
El profesor Paul Auwaerter, director de la Unidad de Enfermedades Infecciosas de la Facultad de Medicina en la Universidad John Hopkins en Maryland, Estados Unidos, indicó en una conferencia de patología clínica la hipótesis que el libertador Simón Bolívar estuvo expuesto al arsénico, posiblemente, como parte de un tratamiento de la época aplicado o lo ingirió inadvertidamente en alimentos o bebidas.
Se conoce que los restos del Libertador y Padre de la Patria han sido exhumados en varias oportunidades: la primera, en marzo de 1843, cuando se exhumó de su tumba de la hacienda San Pedro Alejandrino en Santa Marta, Colombia. Allí, el doctor José María Vargas introdujo la osamenta en una envoltura metálica.
También, el presidente Rafael Caldera, en los años setenta, abrió el cofre sin que hasta la fecha se conozcan los resultados de esa exhumación. En cotilleos de cafetín se especula la teoría que el cofre también ha sido abierto en otras oportunidades y de manera clandestina.
Los riesgos
Con cada apertura del cofre los restos tienen el riesgo de contaminarse con pequeñas gotitas de saliva llamadas también aerosoles y con los contaminantes ambientales.
De paso, se reduce la posibilidad de que investigadores de próximos siglos puedan hacer investigaciones más avanzadas con equipos más sofisticados. Las técnicas de investigación nuclear permiten detectar mínimas partículas de metales, incluso las transferidas a los huesos desde el contenedor metálico en que se encontraban los huesos y los contaminantes ambientales que hayan entrado en contacto con los mismos.
Aún más, una furtiva lágrima del presidente Chávez Frías pudo caer sobre las muestras de hueso del Libertador. Así las cosas lo que revelarían los estudios forenses sería la genética del lagrimón del presidente Chávez.
Según el presidente venezolano, se hizo una investigación con el rigor del método científico. Entonces cabe aquí la pregunta metódica y más allá de toda duda razonable: ¿que, dónde, cuándo cómo y quién podrá controvertir y validar la pretendida investigación del presidente venezolano? Triste paradoja la de nuestro Libertador y Padre que 200 años después de darnos la independencia un español esculque su tumba.
Bien vienen las palabras del Comendador en la ópera de Wolfgang Amadeus Mozart "Don Giovanny": ?dejad los muertos en paz?
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