Es una obligación del Estado promover y hacer que el Congreso debata una ley en términos de escarmiento para los criminales de menores y ancianos. En cualquier sentido, seres indefensos ante los malhechores.
Pero no se puede entrar en contradicciones, ¿qué tal disponer de la vida de una persona recientemente concebida o embrión? En Colombia "los jueces están obligados a decidir en derecho y no en conciencia", según sentencia de la Corte Constitucional.
La solución al castigo de los criminales no es solamente una pena de muerte anunciada, ni una condena de cadena perpetua. La disminución de estos eventos criminales está enmarcada en una verdadera solución de Estado: educación desde los primeros años de vida y en todos los estratos. Las personas que en estos tiempos cometen estos actos criminales no tienen una justificación para hacerlo, pero sí una condición establecida por la falta de educación.
Las mejores universidades del crimen son los centros penitenciarios. La pregunta que resulta de estos cuestionamientos es, ¿se podrá rehabilitar a los futuros y potenciales delincuentes que hoy están en la posibilidad de cometer asesinatos? La respuesta es única, no se podrán rehabilitar, el Estado ha estado ausente en la educación de las generaciones anteriores.
Hay una ciencia dedicada a tratar estos temas, es el derecho que con la filosofía natural del individuo, incita a aplicar leyes de acuerdo a la época, la idiosincrasia, la tradición y la necesidad de la sociedad. Estamos hartos de peleas entre los poderes del Estado, cuando el poder jurídico del país está quedando en veremos.
El secuestro, las violaciones, el maltrato, el empleo indebido de menores de edad, la producción de la pornografía infantil y el asesinato, incluyendo la provocación del aborto, deben ser castigados consecuentemente con un plan de recuperación de la sociedad colombiana.
Los colombianos residentes en el país y en el extranjero repudiamos los hechos que acabaron con la vida del bebé Luis Santiago Lozano, pero exigimos más seguridad social, educación y prevención, no queremos hechos similares para entristecer a los colombianos.
Quedamos a la espera de modernizar o actualizar las leyes, y que éstas no tengan posibilidades de rebajas y que tengan retroactividad en el tiempo para casos no juzgados. Que no se diga, primero los niños y no se les proteja. Niños estén seguros que la gran mayoría de los colombianos no queremos que ustedes sean agredidos en sus derechos a la vida.
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