Hace mes y medio, un peatón que caminaba desprevenido por el estrecho sendero peatonal de la estructura del Puente Real, cayó al vacío a la zona pedregosa de la ribera del río Cauca.
El hombre no se mató de milagro, pero sufrió fracturas que lo incapacitaron y el caso desató la protesta de usuarios y expertos, preocupados por el mantenimiento del puente principal que comunica a Medellín con las subregiones de Occidente y Urabá.
Y de paso, motivó una mirada más amplia para evaluar el estado de los otros dos que operan en Santa Fe de Antioquia: el Puente de Occidente José María Villa y el puente sobre el río Tonusco.
Con el Puente Real ha sido mayor el reclamo por ser el paso obligado sobre el Cauca y por lo visible del deterioro que, de entrada, recibe con una sacudida a los automotores por el hueco que hay donde empalma el pavimento de la vía con el puente.
"Los carros entran al puente con mucha velocidad, muchos frenan en seco al ver el hueco y han ocurrido choques en cadena de tres o cuatro vehículos", contó un comerciante vecino al puente, quien dijo que para evitar accidentes le echan arena y tierra a la fisura, pero se lava con la lluvia.
El hombre, que todos los días escucha las quejas de los conductores, sugirió la construcción de resaltos a ambos lados para que actúen como reductores de velocidad.
A kilómetros de allí, se apreció en buen estado el antiguo Puente de Occidente, pero se escuchó la denuncia de habitantes de la zona por la falta de control al paso de vehículos de más de tres toneladas (el máximo permitido), lo cual causó la rotura de varios tablones hace 15 días, cuando se metió una camioneta cargada con madera.
En el puente sobre el Tonusco, en la vía a Anzá, una cuadrilla de operarios terminaba de construir la prolongación de una aleta del estribo de la margen derecha para evitar que la corriente siguiera socavando la base.
Frente a las quejas, el director regional del Invías, Juan Manuel Restrepo, afirmó que la semana pasada el Puente Real fue evaluado por una ingeniera especialista en puentes metálicos con el fin de elaborar un presupuesto para sacar pronto una licitación para rehabilitarlo.
Un pasador metálico que se había soltado y que generó alarma en los habitantes del sector, aseguró, ya se restituyó, en tanto que el pasado viernes se arregló el "boquete" de losa que se había desprendido en el peatonal y se arreglaron las cintas metálicas que estaban sueltas a los lados.
Restrepo valoró en unos 600 millones de pesos el costo de la rehabilitación y estimó que en mes y medio se debe iniciar la recuperación.
Para el del Tonusco destacó que están a punto de terminar los trabajos que los afectó una creciente cuando estaban casi listos, mientras que para el José María Villa pidió al Departamento la presencia constante de vigilante que evite el abuso de los vehículos de carga. "Hay que cuidarlo como a un museo", dijo.
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