Fotografías, cartas, vídeos e
innumerables documentos públicos y privados sobre la I Guerra Mundial procedentes de 23 países europeos conforman los fondos reunidos por el proyecto Europeana, que se ha propuesto digitalizar los recuerdos para no olvidar la tragedia al cumplirse su centenario.
La iniciativa, que fue presentada
este miércoles en la Biblioteca de Berlín, ha conseguido compilar más de 400.000 documentos de bibliotecas, 90.000 documentos y objetos personales y 660 horas de material de vídeo de los años de la contienda.
Fotografiados y digitalizados,
pueden ser consultados en el portal web Europeana 1914-1948.
Este proyecto tiene como objetivo "
documentar nuestro patrimonio común europeo a través de las distintas perspectivas y experiencias que cada país tuvo de la tragedia", explicó Jill Cousins, directora de la Fundación Europeana, en la presentación este miércoles en Berlín.
Para elaborar este fondo, en total diez bibliotecas nacionales además de otras instituciones, entre las que se encuentra la Filmoteca Española,
han realizado una labor de recopilación de sus archivos durante tres años.
La muestra de los documentos y objetos de los fondos alemanes puede verse desde hoy en Berlín, y el objetivo es llevar a cabo exhibiciones similares en Bélgica, Francia, Reino Unido y Serbia a lo largo de este año, coincidiendo con el primer centenario del inicio de la contienda.
"Con esta exposición el Gobierno Federal pretende mostrar, en particular a los jóvenes de Europa, que los derechos, valores y política común actuales
son la respuesta al terror y la división del siglo XX", explicó la ministra de Cultura de Berlín, Monika Grütters.
Según señaló la directora de la Biblioteca de Berlín, Barbara Schneider-Kempf, el principal objetivo de este "memorial de la tragedia" es qu
e la colección siga aumentando.
Todos aquellos que quieran aportar documentos u objetos podrán hacerlo digitalizados a través del portal de Europeana, aunque los berlineses
tienen ocasión de ir mañana y pasado en persona a la biblioteca de la capital para participar con sus testimonios en el proyecto.
Muchos de los documentos son de copyright abierto, para que puedan ser utilizados y difundidos libremente, como aseguraron los
organizadores de esta iniciativa financiada con fondos europeos.