Para los más peques el asunto está claro por parte de los padres, los médicos y hasta los medios de comunicación. Sin embargo, en los adultos la vacunación es un asunto que todavía flaquea, falta mucho por hacer.
"No tenemos las herramientas que tiene la pediatría en términos de registro de vacunación, solo hay pequeños pasos. En Colombia por ejemplo, un adulto mayor que ingrese a un hogar geriátrico es mandatorio que tenga las vacunas de influenza, neumococo y tétano. Pero estamos muy cortos en prevención en comparación con países desarrollados. Hay que trabajar en inversión porque en costo-efectividad eso es lo que mejor resultado da", señaló Carlos Alberto Cano Gutiérrez, geriatra, en el marco del taller regional de prensa sobre el impacto en la salud pública de la vacunación en adultos.
Neumococo, influenza, herpes zóster (conocida popularmente como culebrilla), tétanos y difteria, son algunas de las vacunas que un adulto mayor de 50 años debería tener de manera obligatoria en su esquema, el problema es que tanto pacientes como médicos no están al tanto de la información.
Las bondades
Vacunarse además de hacer parte de los programas de promoción y prevención que tanto se difunden a nivel médico, es una intervención que salva vidas. Para Rosana Richtmann, epidemióloga brasileña, "las vacunas mejoran la calidad de vida, disminuyen las incapacidades permanentes y los gastos médicos, los brotes de las enfermedades, reducen la morbilidad y mortalidad, la hospitalización, limitan los defectos a largo plazo y previenen de enfermedades infecciosas".
Las cifras en América Latina y el Caribe también dan cuenta de los beneficios que en la población ha tenido el uso de vacunas.
Desde 1974 se han salvado 2.5 millones de vidas gracias al uso de vacunas de calidad, seguras y eficaces en los programas nacionales de vacunación. Más de la mitad de las ganancias en la reducción de la mortalidad infantil en América Latina y el Caribe en los últimos años son atribuibles a la vacunación. La viruela fue declarada oficialmente erradicada en 1979. Las tasas mundiales de poliomielitis han disminuido más del 99 por ciento desde 1998 y se redujo la mortalidad mundial por sarampión en un 71 por ciento entre 2000 y 2011.
Sin duda la vacunación ayuda a fortalecer el sistema inmune del cuerpo, aunque todavía se siguen descubriendo unas más innovadoras para proteger contra las enfermedades existentes y emergentes en todo el mundo.
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