Gracias a que su hermano Diego lo impulsó en Boca Juniors de Cali, Carlos Valdés llegó en 1998 a la categoría preinfantil a labrarse el camino que hoy lo tiene como figura del San Lorenzo de Argentina y en uno de los candidatos a jugar el Mundial con la Selección Colombia.
"Un buen jugador cumple en cualquier posición". Esa es su frase de batalla. Y la acuñó desde que un entrenador se la dijo recién arrancaba en el profesionalismo con el América, en 2005.
"Una vez alcancé a jugar de volante por un costado con ofensiva y actué con tranquilidad y lo volvería a hacer si me toca, porque conozco varias posiciones", dice con confianza.
Y lo ha puesto tanto en práctica que ha jugado de lateral, volante recuperador y defensor central, puesto este en el que ha alcanzado los mejores logros de su carrera, empezando con los títulos de selecciones Valle, la Primera B con Real Cartagena, la Liga Postobón con América y dos campeonatos con Santa Fe.
Julio Valdivieso fue quien lo recibió de niño en el Boca Juniors y no olvida que "llegó callado, seguro y bien recomendado por Diego; sin titubear dijo que quería ser defensor y en poco tiempo se perfiló y mostró la capacidad que lo llevó al América en apenas cuatro años de proceso".
Allá se encontró con Robert Carabalí, un experto en proyectar jugadores, pues por sus manos también pasaron Hárrison Otálvaro, Pablo Armero, Edwin Valencia y Adrián Ramos. "Venía de una familia de principios, era serio y ordenado en sus cosas".
Robert lo proyectó en las reservas de los Diablos Rojos, con la fortuna que en 2003 fueron campeones de la categoría y Carlos empezó a ganarse un espacio en las selecciones de Colombia.
"Valdés no es muy técnico ni rápido", señala Carabalí, aunque admite que se ganó la confianza de Eduardo Lara en las menores y luego José Pekerman, en la de mayores. Es recio en el anticipo, líder en los grupos, aplicado en la marca y efectivo en los rebotes ofensivos.
Esas cualidades le sirvieron para ser campeón suramericano juvenil en 2005 y alcanzar la medalla de oro de los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2006 en Cartagena.
Eduardo Lara cuenta que lo tuvo en sus planes después de hacerle el seguimiento. "Constaté que Carlos, sin ser el más técnico, es un hombre que va bien arriba, es tiempista, mide la jugada y tiene panorama en su posición".
Esas cualidades, ratificadas en Estados Unidos, Independiente Santa Fe y Argentina, le hacen pensar a Lara que Valdés tiene serias posibilidades de quedarse con uno de los 23 cupos para la Copa Mundo.
En las últimos amistosos de Selección, el defensor vallecaucano dijo que mantiene intacto su sueño de disputar el Mundial por lo que aportó en la Eliminatoria y la capacidad que le nota al combinado patrio.
"Colombia ha madurado demasiado y el profesor Pekerman supo combinar la experiencia con los jóvenes de recorrido para conformar un plantel que está en su momento ideal para disputar el Mundial y dar buenos resultados".
Lara no duda de la claridad y la seguridad que viene mostrando en la Copa Liberadores con San Lorenzo, situación que le permite a Valdés tener alguna ventaja sobre aquellos centrales que vienen sin ritmo por la falta de continuidad.
Carabalí también lo ve con serias posibilidades, porque en esos torneos cortos los volantes de marca y los centrales son los de más tarjetas.
"Ojalá lo lleven y lo pongan a jugar, pues es un jugador que cada día nos hace sentir orgullosos por la manera como progresa y su humildad".
Independiente de que vaya a Brasil, Carlos Valdés vive agradecido con Dios, porque "en la Selección es donde empieza la historia de un futbolista y ya he vivido muchas cosas lindas en los combinados patrios. Ahora solo falta espera que podamos jugar el Mundial y ser protagonistas, porque tenemos con qué".
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