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Victoria entró al cerebro de los suicidas

LA INVESTIGADORA VICTORIA Arango acaba de recibir el reconocimiento de la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio por sus estudios sobre suicidio.

  • Victoria entró al cerebro de los suicidas | Juan Antonio Sánchez | La ciencia llevó a Victoria a estar al frente de una de las investigaciones más importantes en el campo de la psiquiatría, las neurociencias y el suicidio. Desde mediados de los 80 está metida de lleno con estas investigaciones.
    Victoria entró al cerebro de los suicidas | Juan Antonio Sánchez | La ciencia llevó a Victoria a estar al frente de una de las investigaciones más importantes en el campo de la psiquiatría, las neurociencias y el suicidio. Desde mediados de los 80 está metida de lleno con estas investigaciones.
12 de junio de 2010
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Son alrededor de 25 años trabajando sobre el tema. Ella es pionera en el estudio de la anatomía del cerebro de los suicidas y su trabajo sobre este tema le valió para que la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio la condecorara.

Su investigación para ayudar a identificar los marcadores biológicos del suicidio, analizando y estudiando el tejido cerebral de quienes decidieron terminar con su vida, abre un camino para entender mejor esta enfermedad que aún está muy estigmatizada.

Aunque sus investigaciones empezaron a mediados de los 80, desde principios de los 70 se ha venido estudiando el cerebro de los suicidas, en los que se encontró una reducción en uno de los neurotransmisores del cerebro, la serotonina. Investigaciones posteriores encontraron alteraciones en la parte frontal del cerebro de estas personas, con un mayor número de receptores de este neurotransmisor.

"Es decir, había menos de ese químico y que la compensación del cerebro es producir más receptores para captar lo poco que había de serotonina", dice Victoria, quien está adscrita como docente e investigadora a la Universidad de Columbia.

Además, dirige los laboratorios Molecular Imaging of Neural Disorders (Mind) y de Chemical Neuroanatomy.

¿Qué es lo que han encontrado en sus estudios?
"Hemos encontrado muchísimas cosas diferentes entre los suicidas. Siempre había existido la creencia de que el suicidio era el resultado final de una depresión muy fuerte. Eso es totalmente erróneo.

Es el resultado de muchas otras enfermedades mentales que no han sido tratadas adecuadamente. Es un fallo de tratar las enfermedades mentales.

No se le puede decir a la persona, como tendemos a hacerlo, despiértese, salga de esa depresión. No, ellos no son capaces de ayudarse a sí mismos.

Nosotros empezamos a caracterizar a las personas que se habían suicidado. Hicimos autopsias psicológicas, entrevistamos a uno o varios familiares o amigos con cuestionarios estandarizados que nos permiten cuantificar y hacer diagnóstico para poder llegar a conclusiones clínicas. Eso fue un cambio muy importante en el estudio sobre suicidio".

¿Se puede hacer algo previo?
"Es muy difícil estudiar la serotonina en una persona viva. Pero hay estudios indirectos. Le extraen a los individuos líquido encéfalo raquídeo y estudian los niveles de un derivado de la serotonina. Los hallazgos demuestran que las personas que se han intentado suicidar tienen menos de ese derivado".

¿Qué papel juega la genética?
"El suicido no es un gen, pero sí es una enfermedad compleja, en la cual influye la genética.

No se trata de un gen único. Es algo multigenético, pero se requieren demasiados individuos para estudiar y no tenemos aún la capacidad de decir a ciencia cierta cuáles son.

Lo que hemos estudiado son variedades genéticas que están asociadas con el suicidio. Es algo mucho más sutil, estudiando mutaciones que no afectan la vida diaria, pero que pueden influenciar el hecho de que la persona se suicide. Pero pese a todo esto, estamos apenas en la infancia de la investigación".

¿Y es de padre a hijos, de abuelos a nietos, cómo funciona?
"No es una genética mendeliana. No funciona así. Estudios hechos en las comunidades Amish, de Pennsylvania demuestran que todos los casos de suicidio entre ellos estaban solo en dos líneas familiares. En abuelos, tíos y demás, pero solo en esas dos familias. En todo caso, insisto, estamos en pañales todavía".

¿Todas sus investigaciones son con cerebros de sujetos que se han suicidado?
"Es interesante estudiar los muertos, pero para que nos sirvan a los vivos. Hay un grupo clínico que caracteriza a los que se mueren. Un grupo médico que hace imaginología, con pacientes en los que se puede mirar si lo que se encuentra en los suicidas están presentes en ellos.

Hemos encontrado que son los mismos déficit y las mismas alteraciones. Ahora, eso no quiere decir que tengamos una cura, pero sí que en un mundo ideal podría hacerse un estudio de esos a un paciente y saber que esa persona está más en riesgo de suicidarse que otros.

También estamos haciendo estudios sobre la relación entre la genética y la adversidad encontrada temprano en la vida. Porque parece ser importante cómo crece cada persona. Esa es un área nueva de estudio para nosotros. En eso estamos trabajado, en hallar una relación entre genes y medio ambiente".

¿Ese ambiente es qué?
"Puede ser desde una exposición a algún químico hasta su entorno de crecimiento social. Es decir influye lo químico, lo físico, o psicológico... Eso hace más complicado el estudio. Por eso tenemos un grupo epigenético para saber qué parte es la que está afectada. Eso es un grupo de estudio totalmente nuevo".

¿Y el alcohol? ¿Y la droga?
"En el estudio del suicidio recolectamos cerebros y caracterizamos a las personas. Por edad, por sexos... y también hacemos análisis químicos del cerebro. Y en muchos de los casos encontramos rastros de alcoholismo. Quizá porque los suicidas usan el alcohol como antidepresivo. Otras drogas también están involucradas: anfetaminas, cocaína, éxtasis y otras drogas recreativas.

Es decir ese consumo es también un riesgo que se debe tener en cuenta.

En mi opinión la más peligrosa es el éxtasis, pues mata toda la serotonina".

¿Hay que ir al psiquiatra por prevención?
"Uno no debe ir al psiquiatra si no lo necesita. Lo que se debe es tener un buen médico que lo valore y le diga al paciente que necesita visitar un psiquiatra y que sea este especialista el que decida si necesita de su conocimiento o del de un psicólogo".

¿Cómo se debe abordar la información sobre los suicidios?
"No se puede esconder un suicidio, pero hay que saber cómo anunciarlo y es lo tienen que aprender los medios de comunicación.

Hay que enseñarles a las personas que hay que buscar ayuda, que el suicidio es una enfermedad como cualquier otra y que tiene tratamiento. No hay diferencia entre las enfermedades del cerebro y las del cuerpo".

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