Las noticias de la muerte que vemos, leemos y escuchamos a diario, junto con las noticias de las guerras y los desastres en el mundo, a veces nos impiden darnos cuenta de que también nos llegan noticias de la vida. Es una paradoja. Los periódicos difunden noticias sobre el derrumbe de Wall Street, el comienzo de la recesión económica en los países de la Unión Europea y muy pronto en Estados Unidos, la guerra en Irak y Afganistán, y la ruina colectiva de miles de familias pobres de Colombia causada por la caída de las llamadas pirámides financieras en Colombia. Pero los periódicos también difunden noticias que llenan de esperanza a sus lectores y a sus familias. Esta semana, por ejemplo, informaron que por primera vez en la historia del VIH, un grupo de médicos de un hospital de Alemania logró curar a un paciente de 42 años infectado por el VIH cuyo diagnóstico era inapelable.
Todo parece indicar que en éste, como en otros casos famosos en la historia de la ciencia, los científicos lograron su meta en una larga investigación donde se combinaron sus largas y reconocidas carreras de investigadores médicos, ... y el azar. En pocas palabras, un joven hematólogo del equipo de médicos investigadores del Hospital Charité de Berlín, que estaba tratando a un paciente de origen norteamericano, de 42 años de edad, por causa de una leucemia, decidió hacerle un trasplante de médula, con una mutación genética como parte de un procedimiento usado por los científicos que ya ha demostrado antes sus resultados. El paciente también estaba en tratamiento con otros investigadores del equipo médico que trataban de combatir el avance del virus del SIDA en su organismo.
El doctor Gero Hütter, el hematólogo más joven del grupo, decidió emplear en el trasplante de médula genes aportados por pacientes con una mutación llamada Delta 32, ubicada en la proteína CCR5, que ya ha demostrado su capacidad de proteger contra el contagio de VIH, pues evita que el virus del SIDA entre a las células y además lo rastrea en cualquier parte del organismo donde trate de camuflarse o mutarse y lo ataca. Como en la historia del descubrimiento de la radioactividad por parte de los esposos Curie, a causa de un accidente en su laboratorio, el doctor Hütter, jugando un poco a la suerte, buscó un donante de médula con la mutación Delta 32, sólo presente en el 1 al 3 por ciento de la población europea. "Elegimos a ese donante con la esperanza que luego del trasplante de sus células madre también conseguiríamos eliminar el VIH, aunque hasta ahora no comprendemos del todo el mecanismo de su desaparición" dijo el doctor Hütter a los periodistas esta semana, un poco sorprendido. La esperanza de los médicos, pues, se cumplió. La agencia de noticias Associated Press dijo que el paciente recibió el trasplante 20 meses atrás, y aunque los médicos advierten que puede tratarse de un golpe de suerte, hay otros científicos que creen que es un paso muy importante para utilizar la terapia genética contra este virus. El sida, no lo olvidemos, causa dos millones de muertes anuales, sobre todo entre la población más pobre y desprotegida de África y América Latina. Se estima que el virus ha infectado a 33 millones de personas a nivel mundial. El doctor Gero Hütter dijo que el paciente, de 42 años, que no fue identificado, es un estadounidense radicado en Berlín. El hombre enfermó de sida hace más de una década. pero, 20 meses después de recibir un trasplante de médula ósea seleccionada genéticamente, no muestra más señales de portar el virus. No es la primera vez que los trasplantes de médula ósea han sido probados en el tratamiento del sida. En 1999, un artículo en la revista especializada ' Medical Hypotheses ' analizó los resultados de 32 intentos hechos entre 1982 y 1996. En dos de los casos, el virus del sida pareció totalmente erradicado, dijo la revista. El paciente de Hütter estaba siendo tratado en Charite de sida y de leucemia, que se desarrolló sin vinculación con el virus del sida. Hütter, un hematólogo, no un experto en sida, se dispuso a tratar la leucemia del paciente con un trasplante de médula ósea. En el curso de los preparativos recordó que algunas personas portan una mutación genética que parece hacerlos resistentes al virus del sida. "Lo leí en 1996", informó Hütter a periodistas. "Recordé (el artículo), y pensé que (el tratamiento de la médula ósea sometida a la mutación genética) funcionaría", añadió.
Leyendo y escuchando estas noticias de la vida en medio de tanto desastre, tanta guerra y tanta muerte, y pensando en la difícil suerte de los hombres de esta época, vinieron a mi mente unos versos del poeta Dylan Thomas:
Aunque las gaviotas no griten más en su oído / ni las olas estallen ruidosas en las costas; / aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten / ya más la cabeza al golpe de la lluvia; / aunque estén locos y muertos como clavos, / las cabezas de los cadáveres martillearan margaritas; / estallarán al sol hasta que el sol estalle, / y la muerte no tendrá dominio...
¡No tendrá dominio!
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