La modelo ecuatoriana Esther Murillo, de tan solo 25 años, fue asesinada a disparos en la ciudad costera de Manta, en la provincia de Manabí.
El crimen, ocurrido en circunstancias que aún se investigan, ha encendido las alarmas sobre la creciente inseguridad en las calles del país, donde los ataques armados se han vuelto cada vez más frecuentes.
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