Horror causó en el globo lo informado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa, por su sigla en inglés), respecto a la cifra de menores rescatadas del Boko Haram que están embarazadas tras permanecer como esclavas de sus militantes. Se trata de 214 de las 700 rehenes que han sido liberadas en los últimos días por el Ejército nigeriano tras contundentes operaciones.
“En este instante muchas de ellas están siendo examinadas para determinar si tienen enfermedades como el VIH“ dijo en rueda de prensa el director ejecutivo de Unfpa en Nigeria, Babatunde Oshotimehin.
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El número de menores encintas obedece a la práctica generalizada del grupo terrorista de secuestrar niñas y jóvenes de los pueblos del norte para esclavizarlas, bajo el pretexto de convertirlas a su visión del Islam.
En las últimas semanas, el Ejército nigeriano ha tenido avances clave en su lucha contra el Boko Haram, que han significado el rescate de más de 700 cautivas. El operativo más relevante golpeó el pasado 28 de abril uno de los refugios más importantes de los terroristas, el de la reserva forestal de Sambisa. Allí logró liberar 293 mujeres y niñas.
Luego, el sábado 2 de mayo las tropas nigerianas rescataron a 234 rehenes en las zonas de Kawuri y Kondua, ubicadas en la reserva de 60.000 kilómetros cuadrados.
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Ejecuciones y barbarie
Tal como informó el Ejército, 275 de las 700 personas rescatadas en los últimos días —tras estos y otros operativos—, fueron llevadas al campamento de refugiados de la ciudad oriental de Yola.
Testimonios de las rehenes del Boko Haram hablan de la saña y la barbarie de sus prácticas. Minutos antes de su rescate, los milicianos lapidaban a las prisioneras (ver recuadro), y tres morían por el estallido de una mina cuando caminaban hacia su libertad.
“Las que sobrevivimos sólo debemos alabar a Dios por estar vivas”, dijo a Associated Press Lami Musa, de 27 años, que mecía a su niña de cinco días de nacida. Musa fue una de las 275 niñas, mujeres y sus cinco bebés que recibían atención médica. Muchas de estas personas estaban confundidas y traumatizadas.
Tal como relató, justo antes del rescate, los milicianos “vinieron y nos dijeron que se marchaban y que debíamos huir con ellos. Pero nos negamos. Después comenzaron a apedrearnos. Puse a mi niña contra mi vientre y me doblé para protegerla”.
Por ahora no se reporta que ninguna de las rescatadas sea de Chibok.