En una batalla campal se transformaron ayer las protestas pro democracia en Hong Kong, luego de que los manifestantes de la “revolución de los paraguas” desobedecieran la orden de replegarse e intentaran rodear la sede central del Gobierno.
Representantes de distintos medios internacionales, entre ellos AP, AFP y Reuters, enviaron informes al mundo para dar cuenta de los episodios, considerados los más violentos desde que estalló la protesta hace dos meses.
Los estudiantes fueron enfrentados por cientos de policías, que lanzaron gases lacrimógenos y usaron sus bastones para reprimirlos. Aunque los protestantes se dispersaron por momentos, luego volvieron a congregarse. Numerosos médicos voluntarios acudieron al lugar para atender a cientos de heridos en los enfrentamientos.
Los estudiantes hicieron una débil defensa utilizando paraguas para evitar el impacto directo de los gases y entonando la consigna “¡Queremos el sufragio universal!”.
Los manifestantes exigen elecciones libres en Hong Kong para 2017, lejos de cualquier ramillete oficial preseleccionado por el Partido Comunista de China. Ante el estancamiento de los diálogos tres dirigentes estudiantiles, entre ellos Joshua Wong, se declararon en huelga de hambre.
Al difícil clima político se mezcló ayer el rechazo de parte del gobierno de Pekin de la visita de un grupo de diputados del Reino Unido a su antigua colonia de Hong Kong (devuelta a China en 1997) coincidiendo con las protestas.
Frente al hecho, el primer ministro británico, David Cameron, advirtió al Gobierno chino de que “se equivoca” al prohibir la entrada a Hong Kong de los diputados.
