A los dos años Lorella Praeli perdió una pierna, accidente que impulsó a sus padres a mudarse a EE. UU. para que ella alcanzara su máximo potencial y no estuviera limitada por su discapacidad.
Hoy esta joven de ascendencia peruana es una de las figuras más reconocidas del movimiento Dreamers (soñadores), jóvenes protegidos por la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (Daca), programa que el presidente Donald Trump dijo que eliminaría el 5 de septiembre de 2017 (ver radiografía).
En diálogo con EL COLOMBIANO, Praeli precisó que estos menores de 18 años, enfrentados a ser deportados de un país que sienten como propio a otro del que tal vez desconozcan el idioma, tienen una salida: convertirse en residentes permanentes, y afirma que para lograrlo debe ser a través de la legislación.
¿Que pasa si Trump termina con el programa Daca?
“Hay muchas vidas de por medio. Tenemos a miles de personas que viven sus vidas, colaboran y trabajan en EE. UU. y serían vulnerables a la deportación. Estamos viviendo en un país con una administración de mano dura y podríamos ver aún más un gobierno que identifique (incluso en los centros de detención) y deporte a jóvenes que toda su vida la han vivido en el país”.
¿Puede haber una deportación masiva de dreamers?
“Sí, completamente. Desde que Donald Trump se convirtió en presidente hemos visto que para personas que aún tienen su Daca, su protección vigente, el gobierno está terminando esas protecciones y es algo que veremos aún más”.
¿Qué protecciones brinda Daca a las personas suscritas a este programa?
“En este momento hay 800.000 personas que, al estar protegidas por Daca, tienen un permiso de trabajo y una protección que se debe renovar cada dos años”.
El martes usted habló sobre los derechos que se le vulnerarían a estos jóvenes sin el Daca. ¿Cuáles son estos derechos?
“Son varios, pero están el derecho a trabajar y a ser protegido de la deportación. En general hay muchos abusos de DD.HH. cuando uno está dentro del proceso de ser devuelto a un país o en un centro de detención”.
¿Usted cree que este despliegue de activismo sobre el tema de los inmigrantes, pueda incidir sobre el hacer político?
“Sí. Yo creo y espero que sí. De lo contrario no estaría en este trabajo. Yo siento que nuestros derechos están siendo violados y que nuestra comunidad de inmigrantes está bajo muchos ataques”.
¿Cuál es el panorama ideal para los dreamers?
“Nuestra meta es que los jóvenes que no tienen documentos o que ya tienen protección de Daca puedan tener más protecciones, y la única manera de hacerlo es a través de legislación, como el Dream Act (Acta del Sueño), que crearía un camino hacia la ciudadanía. Esa es la única manera de proteger a alguien de manera permanente”.
¿Y cómo se puede alcanzar este panorama legislativo?
“En este momento el presidente ha dicho al Congreso que debe solucionar el tema a través de una medida legislativa, pero desde entonces ha habido intentos por encontrar soluciones y la administración Trump ha impedido que tengamos progresos en Capitolio. El está obstruyendo el proceso con relación a este tema”.
¿En qué va el acto legislativo del Dream Act?
“Nosotros teníamos una propuesta. No era la propuesta perfecta, hubo muchos compromisos y no era lo ideal desde nuestra perspectiva pero sí ofrecía protecciones. Y aun con todo eso la administración de Trump hizo lobby para que los republicanos no votaran por ella. No es un tema de si hay apoyo o no, es un tema de voluntad política. Si la hubiera, el día de mañana sería ley pero los republicanos han obstruido todo el progreso sobre el tema desde hace mucho tiempo”.
El lunes de esta semana la Corte Suprema mantuvo la protección a los dreamers, ¿eso que significa?
“El gobierno federal le había dicho que no al hecho de que las personas que tenían Daca podían renovar su protección. Pero no hicieron el proceso judicial normal –pasando de la Corte del Distrito a la Corte de Apelaciones y si quieres apelar te vas a la Suprema–. Ellos se saltaron del primer paso al último y ayer la Suprema les dijo: No, si quieren que este tema se siga litigando tendrán que surtir el trámite completo”.
Entonces ¿esto es algo así como una batalla ganada?
“No necesariamente. Hay mucha incertidumbre. Son buenas noticias porque quienes tienen oportunidad de renovar su protección lo pueden hacer. Pero el cinco de marzo sigue siendo, desde mi perspectiva, muy importante”.
¿Por qué?
“Porque es el día que el presidente fijó como fecha última para que se dé una solución. Habrá que ver que pasa”.