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Miles de chilenos marcharon este viernes por las calles de Santiago para presionar al presidente Sebastián Piñera, con el objetivo de que tome “medidas profundas” que reduzcan la desigualdad en el país, que cumple hoy 50 días desde el inicio del estallido social.
Congregados en la Plaza Italia, el epicentro de las protestas durante las últimas siete semanas, los manifestantes se hicieron sentir de nuevo. La ciudadana Romina Sánchez, trabajadora de la aduana, expresó que el Gobierno “no ha querido escuchar” porque, en vez de hacer llamados al diálogo, ha impulsado “leyes cada vez más represoras”, haciendo referencia a la ley aprobada el pasado miércoles por la Cámara de Diputados que endurece las penas por saqueos y desmanes públicos.
Con el lema “La marcha de la esperanza” se difundió este viernes una convocatoria por las redes sociales que llevaba la imagen de Gustavo Gatica y Fabiola Campillai, quienes perdieron la visión en sus dos ojos por la presunta actuación de las fuerzas del Estado.
Gatica recibió disparos de perdigones en el rostro durante una manifestación y quedó ciego, y Campillai también perdió la vista tras el impacto de una bomba de gas lacrimógeno.
Aunque la marcha se desenvolvió en un ambiente reivindicativo y pacífico, no faltaron duros enfrentamientos entre manifestantes y agentes del cuerpo policial de Carabineros en las calles aledañas a la Plaza Italia.
Tras 50 días de protestas en el país andino, se han registrado al menos 23 personas fallecidas en distintos actos de violencia y cinco fueron producto, presuntamente, de la acción de agentes estatales. El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) informó que han presentado 685 denuncias por exceso del uso de la fuerza por parte de los uniformados.
El trasfondo de las movilizaciones es la crítica al modelo neoliberal de Chile, considerado el origen de las desigualdades en el país y apuntalado en la Constitución de 1980 bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).