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El mapa político de América este año se marcó por un regreso, el de Cristina Fernández en Argentina; un retiro inesperado, de Evo Morales en Bolivia; otra promesa de permenenacia, con Donald Trump en Estados Unidos, y un todo puede cambiar, pero sigue igual en Venezuela con la disputa por el poder entre el opositor Juan Guaidó y el oficialista Nicolás Maduro, heredero del chavismo.
Casi todos los escaques del ajedrez regional tambalearon. Y, los que no, prometen tener alguna oscilación para 2020. Comenzando por el norte, en noviembre serán las elecciones presidenciales en Estados Unidos en las que Trump aspira a quedarse un periodo más en el poder. En el tablero del Partido Demócrata aún hay 16 posibles rivales que evidencian la falta de concenso en la disputa por la nominación a la candidatura de la Casa Blanca.
En la punta está Joe Biden, vicepresidente durante los dos periodos de Barack Obama con un 27,8 % de chance de llegar al poder según los sondeos tabulados por Real Clear Politics, el portal que mide la política norteamericana. Detrás, el senador Bernie Sanders con el 19,3 %. Es del ala más progresista de la colectividad y tiene el respaldo de figuras icónicas de los últimos meses, como la representante a la Cámara Alexandria Ocasio-Cortez.
Intentando sobrepasar a Sanders y con un crecimiento en su favorabilidad desde comienzos de 2019, cuando su popularidad estaba solo en 4,3 %, está la senadora Elizabeth Warren, tercera en la contienda con un 15,2 % en las encuestas. Detrás están el alcalde de South Bend, Pete Buttigieg (8,3 %), el empresario y fundador de la agencia de noticias económicas Bloomberg, Michael Bloomberg (5 %), y otros once candidatos cuyos índices fluctuan entre 3 y 0.
Entre marzo y julio serán las primarias demócratas. En ese último mes, en medio de la convención de la colectividad, se oficialziarían los nombres de los postulados a la presidencia y vicepresidencia que competirán contra Trump y su fórmula Mike Pence. Antes de eso, está trazado un día, aún sin fecha en el calendario, que marcará el país con el juicio político al mandatario republicano en el Senado (impeachment), que estaría condenado al fracaso porque su bancada es mayoritaria.
Aunque los números están a su favor, en la historia quedará como el tercer inquilino de la Casa Blanca en enfrentar un juicio político.
Comienza el año y Perú ya tiene la fecha de las elecciones extraordinarias al Congreso, que se convocaron después de que el mandatario Martín Vizcarra disolvió el Legislativo el 30 de septiembre. Ese choque de poderes se desencadenó después de que el Legislativo negó dos veces debatir la cuestión de confianza que había presentado Vizcarra para modificar la Ley Orgánica de Elección de los miembros del Tribunal Constitucional (TC).
Vizcarra disolvió la asamblea, pero esta, de mayoría fujimorista, lo declaró con una “incapacidad” temporal para gobernar, intentando retirarlo del poder. Una senadora, Mercedes Aráoz, fue autoproclamada como presidenta. Al final Aráoz terminó renunciando al cargo 24 horas y 11 minutos después de juramentarse ante un Legislativo que ya no tenía investidura.
Así, el 28 de febrero se renovará el Legislativo para un periodo transitorio de un año. “Puede ser el Congreso de las reformas porque los anteriores no han acompañado con voluntad férrea los procesos. Podrían darse apresamientos de líderes importantes”, considera Luciano López, abogado constitucionalista del Perú.
Su vecino, Chile, también irá a las urnas el 26 de abril para votar el plebiscito que decidirá si se cambia la Constitución, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973 - 1990). Este mismo año, pero en marzo, se cumplen los 30 años del regreso a la democracia en una fase en la que el país pasa por una de las peores crisis de su historia reciente con las protestas que enfrentó Sebastián Piñera antes de que culminara el 2019.
Entre tanto, en enero se fijará la fecha de las elecciones presidenciales en Bolivia tras la salida de Evo Morales del poder, el pasado 10 de noviembre, después de que las Fuerzas Armadas le pidieran su renuncia cuando se conocieron irregularidades en el resultado de los comicios en los que el líder del Movimiento al Socialismo (MAS) intentó reelegirse por cuarta vez.
Según un sondeo divulgado por el diario Página Siete, la intención de voto la lidera el precandidato del MAS, Andrónico Rodríguez (23 %), diligente cocalero y cercano al expresidente. Detrás está Carlos Mesa (21 %), también exmandatario y quien fue segundo en los comicios anulados.
Ecuador entra en una fase de precampaña para las elecciones presidenciales de febrero de 2021. Los postulados a las urnas aún no están definidos, pero lo que sí está claro es que el expresidente Rafael Correa no podrá cumplir con su aspiración de estar por tercera vez en el Palacio de Carondelet porque el actual mandatario Lenín Moreno impulsó un referendo que eliminó la reelección indefinida que su antecesor había introducido al reglamento del país en diciembre de 2015.
Esa campaña tendrá la sombra de Correa, quien está exiliado en Bélgica y es requerido por la justicia de su país desde agosto de 2019 por un llamado de prisión preventiva. En su expediente están los casos del presunto secuestro del opositor Fernando Balda en Colombia y delitos vinculados con corrupción. También con su imagen manchada está Moreno, quien enfrentó protestas entre septiembre y octubre contra las medidas económicas que tomó para acceder a un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En esos cambios que se vienen, “se va a fortalecer la polarización en la región, pero es un asunto natural en la política. Hay un efecto péndulo, los gobiernos en una época van hacia la derecha y en otra hacia la izquierda”, lee el PhD en Ciencia Política y profesor de la Universidad de Medellín, Pedro Piedrahita.
Argentina tuvo un cambio de mando al finalizar el año. Mauricio Macri dejó la Casa Rosada, mientras tanto el país pasa por la peor crisis económica desde 2001. Alberto Fernández llegó al poder de la mano con la ahora vicepresidenta Cristina Fernández, quien es la segunda al mando del país después de haber llevado sus riendas en dos periodos, tres si se suma la administración de su fallecido esposo Néstor Kirchner.
El país pasa por una recesión desde el segundo trimestre de 2018 y la previsión de la inflación del FMI es del 57,3 %. Este año la baja del PIB sería del 3,1 %. De los 44 millones de habitantes, el 35,4 % está bajo la línea de pobreza, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, y la deuda externa está cifrada en 335.000 millones de dólares. En palabras del presidente Fernández, “Argentina está en virtual default”.
El fantasma de los argentinos ha sido la economía difícil de estabilizar y la sombra de la deuda externa. Esos dos factores le cobraron a Macri su reelección y, a pesar de que son los temas que menos gustan a los ciudadanos, son los pendientes que a Fernández, por sucesión, le toca llegar a resolver. Mientras la izquierda en Buenos Aires intenta sacar de la crisis al país, el progresismo de Brasil, en cabeza de Lula da Silva, vuelve a escena con su retorno a la libertad.
Fuera de la cárcel, desde el 8 de noviembre, pero aún con diez casos abiertos ante la justicia, Lula cerró el año jugando partidos de fútbol con el cantante Chico Buarque y haciendo mitines públicos con el Partido de los Trabajadores. Él es el más ferviente opositor del mandatario Jair Bolsonaro y su objetivo es recomponer la izquierda de Brasil, mientras la justicia está detrás suyo.
En marzo se define si el uruguayo Luis Almagro continúa como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Sus contrincantes son el embajador de Perú en Estados Unidos, Hugo de Zela, y la excanciller ecuatoriana Mariana Fernanda Espinosa. Almagro le apuesta a reelegirse tras una gestión marcada por el cerco diplomático a Maduro en Venezuela y el respaldo inflexible a sus opositores.
“Hay muchos temas pendientes en la región y Venezuela se convirtió en el cuello de botella, en la excusa para no tratar otros asuntos”, considera Rafael Piñeros, docente de política internacional de la Universidad Externado.
Para cerrar el año, en diciembre de 2020, el régimen tiene agendadas las elecciones parlamentarias para renovar la Asamblea Nacional, que desde 2017 obtuvo la mayoría opositora que ocasionó que el Tribunal Supremo de Justicia, de corte oficialista, desprendiera de sus poderes al Parlamento. Ese gran pendiente de la crisis de Venezuela está en la agenda de la región, que se encaminó desde enero de 2019 en un cerco a Maduro que aún no da sus frutos.
Periodista egresada de la facultad de Comunicación Social - Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.