Este lunes comienza una de las semanas más convulsas en la historia política del Perú. El presidente Martín Vizcarra y el Legislativo, dos fuerzas enfrentadas en todo el mandato, preparan sus cartas para el juicio de destitución que enfrentará el Ejecutivo en el Congreso, el 18 de septiembre, con el que su oposición busca sacarlo del poder.
Las partes no se han sentado en el banquillo y durante este fin de semana el tono de la disputa aumentó, después de que se conociera que el líder del parlamento, Manuel Merino, buscó a las Fuerzas Armadas para persuadirlas sobre el intento de destitución contra Vizcarra. Por este motivo, el país vive días polémicos en medio de una crisis multifacética en la que se combinan la covid, la economía y la inestabilidad política.
Desde el jueves pasado las cartas se pusieron sobre la mesa. El Congreso reveló audios que comprometerían a Vizcarra con contratos irregulares que otorgó el Ministerio de Cultura al cantante popular Richard Cisneros a cambio de sus presentaciones, un asunto que la justicia investiga para evaluar si se trató de un caso de corrupción.
Con ese material, entre jueves y viernes el Legislativo, en cabeza del senador Merino, sacó adelante un juicio de destitución contra el mandatario por “incapacidad moral”. La incertidumbre aumentó entre sábado y domingo, porque el Gobierno denunció que Merino se contactó con las Fuerzas Armadas. Dicen ellos, buscando respaldo en el proceso contra el mandatario.
Merino acepta que tocó las puertas del Ejército, pero se defiende alegando que buscó a los militares solo para explicarles el proceso que adelantaría. “Se ha tratado de confundir a la población haciendo creer que hay un complot”, se defiende el político, quien sería el encargado de ocupar la Presidencia si el proceso contra Vizcarra progresa.
¿Perú estará acéfalo?
“Salvo que Vizcarra cometa un error mayúsculo en los últimos días, o que el viernes no sea capaz de trazar puentes con los congresistas, el intento de vacancia que hay en su contra no va a prosperar”, afirma el profesor de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica, Jorge Aragón.
El analista enuncia dos motivos. Primero, para retirarlo del poder Merino necesitaría 87 votos, una suma que parece no alcanzar porque solo 65 escaños sufragaron a favor de llevar al mandatario ante un proceso de vacancia. El segundo, se debe a lo que sucedió este fin de semana, porque cuando se conoció el intento que tuvo la oposición de acercarse a los militares el proceso “se desinfló”. Tanto, que tradicionales opositores al mandatario como Keiko Fujimori reconocieron que “no existen los elementos suficientes ni los procedimientos necesarios para destituir al presidente”.
En la tarde de ayer domingo la Defensoría señaló que la vacancia estaría fuera del marco constitucional. Con eso coincide el PhD en Ciencias Sociales y profesor de Ciencia Política de ese país, Fernando Tuesta, para quien “el procedimiento no es claro porque no está desarrollado en la ley”.
Tuesta explica que en la categoría por la que se quiere juzgar a Vizcarra, “incapacidad moral”, el término ‘moral’ se refiere a una alusión que se utilizaba en el siglo 19 para referirse a personas con limitantes cognitivos para estar en el poder, “pero ahora se está haciendo una interpretación extensiva donde cualquier cosa entra”, sentencia.
Por ahora, Vizcarra tiene elementos para mantenerse en el Ejecutivo: el Ministerio de Defensa (al mando de un militar) cuestionó que el Congreso buscara a los uniformados, sus ministros cerraron filas entorno a él y las cuentas en el Legislativo aún no le alcanzan a Merino. Entre tanto, presidentes de Bolivia (e), Colombia y Ecuador manifestaron su apoyo a este mandatario que lleva treinta meses gobernando sin partido.