El fotoperiodista salvadoreño Victor Peña notó desde septiembre pasado que su celular se calentaba demasiado cuando lo ponía a cargar y que la cámara se activaba de forma “repentina”. Luego se daría cuenta de que no era una casualidad. Su iPhone estaba intervenido con Pegasus, un poderoso software de espionaje israelí que se usa con fines militares.
Según la empresa que ostenta la licencia de Pegasus, NSO Group, ese software está creado para la lucha contra el terrorismo. Sin embargo, ha sido utilizado por varios gobiernos del mundo para espiar a opositores y defensores de Derechos Humanos.
De hecho, como Peña, otros 21 periodistas del periódico salvadoreño El Faro fueron chuzados entre septiembre y noviembre del año pasado. Así lo determinó una investigación realizada por Citizen Lab, un laboratorio de la Universidad de Toronto (Canadá) y Access Now, una ONG dedicada a investigar sobre ciberseguridad y derechos humanos.
En total la investigación encontró que 35 periodistas y miembros de la sociedad civil tenían el software espía en sus teléfonos móviles.
Peña señaló que una de las primeras periodistas que tuvo indicios de que su celular había sido objeto de una interceptación ilegal fue Julia Gavarrete, quien firmó el artículo de El Faro que denunció las actividades de espionaje.
Gavarrete, a su vez, le dijo a EL COLOMBIANO que comenzó a sospechar que algunas conversaciones que tenía con sus fuentes estaban siendo interceptadas. Mientras tanto, Peña señaló que tenían la impresión de que el Gobierno de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, sabía de antemano qué iban a publicar en El Faro.
Bukele está en el centro de la polémica porque la firma que vende la licencia de Pegasus ha señalado que solo les vende Pegasus a Gobiernos nacionales.
Esto se debe, según Carolina Botero, directora de la fundación Karisma –especializada en seguridad digital– a que se considera que este tipo de programas son armas y, en esa medida, solo pueden ser comprados por los que ostentan el monopolio de las mismas: los estados.
“Aunque el informe no permite determinar que el gobierno es quien está detrás, es importante destacar que buena parte de la investigación arroja fechas puntuales que coinciden con procesos de investigación sobre temas de especial interés para el gobierno del presidente Bukele”, señaló Gavarrete.
Además, el informe de Citizen Lab arrojó que las infecciones con Pegasus se habían hecho de forma local, por medio de un “operador doméstico”.
De acuerdo con la experta Botero, Pegasus es un “mecanismo de control a internet de tercera generación ofensivo”. No requiere que los usuarios de los celulares hagan click en un link o que descarguen un archivo, sino que accede a su información privada e incluso tiene la capacidad de encender micrófonos y cámaras a voluntad. Eso explica por qué la cámara del celular de Peña se prendía sola.