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Aún sin concluir el 2019, ya se han presentado en América más casos de dengue que los de 2017 y 2018 sumados. En total, según el reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), hasta el 9 de agosto se contabilizaron 2’029.342 casos en el continente y se estima que para final de año la cifra ascenderá hasta 2,5 millones.
Los 10 países con mayor cantidad de nuevos casos por cada 100.000 habitantes son, en su orden, Nicaragua, Brasil, Honduras, Belice, Colombia, El Salvador, Paraguay, Guatemala, México y Venezuela.
Además, Guatemala, Honduras y Nicaragua han declarado alertas a nivel nacional con el fin de prevenir los contagios, ocasionados por la picadura del mosquito “Aedes aegypti”.
“El mosquito se ha transformado en una mascota más en nuestras viviendas porque no conseguimos eliminarlo”, señaló en entrevista con la agencia Efe Miguel Aragón, consultor de enfermedades transmisibles de la OPS, y agregó que la propagación del virus tiene un vínculo con los índices de pobreza de ciertos países, que les impiden establecer medidas en el abastecimiento de agua y en la gestión de basuras.
Lo preocupante, para el experto, es la capacidad de adaptación de los mosquitos cada vez a mayores altitudes, llegando a los 2.3000 metros de altura, lo que aumenta el número de contagios debido a que las personas en estos contextos no están adaptadas y son susceptibles a contraer el virus.
Sin embargo, más casos de dengue no significan necesariamente un mayor número de muertes. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la tasa de letalidad de esta enfermedad ha disminuido en un 28 % entre 2010 y 2016.
La muerte de un paciente con dengue, explica Vélez, está relacionada con la capacidad del sistema de salud para atender a tiempo el contagio.
Estas medidas, aunque importantes, deben estar acompañadas para el experto con estrategias como las implementadas en Colombia, que implican la liberación de mosquitos con la bacteria wolbachia –la cual inhibe el desarrollo del virus– que al reproducirse con otros, causa que la descendencia sea incapaz de transmitir la enfermedad.
Aunque efectiva, la técnica aún se aplica únicamente en Colombia, Brasil y México, mientras que países como Guatemala –el de mayor índice de mortalidad con dengue, con 0,32 %– aún no aplican estas medidas preventivas.