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A pesar de que en su propio país los sectores críticos tildan al presidente Donald Trump de islamófobo, y aún si durante toda la campaña compartió con Israel la “efectividad” que tiene el muro contra los palestinos, en las últimas semanas la Casa Blanca tuvo gestos aparentemente contradictorios frente a esas posturas.
“El presidente Trump y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, hablaron hoy por teléfono para discutir vías de consolidar la paz en Medio Oriente, incluyendo un exhaustivo acuerdo que pondría fin al conflicto árabe-israelí”, afirmó el pasado 10 de marzo el Despacho Oval en un comunicado.
“El presidente hizo énfasis en su idea de que la paz es posible y que el tiempo ha llegado para alcanzar un acuerdo. Dijo (a Abbas), que tal acuerdo no solo le daría a israelíes y palestinos la paz y seguridad que se merecen, sino que este podría resonar positivamente a través de toda la región y el mundo”, agrega.
“Señaló que tal pacto tiene que ser negociado directamente entre las dos partes, y que Estados Unidos trabajará de cerca con el liderazgo palestino e israelí para progresar hacia esa meta. El presidente advirtió que EE. UU no puede imponer una solución para ambos pueblos, ni uno de los bandos para el otro. Invitó al presidente Abbas a una reunión en la Casa Blanca en el futuro cercano”, concluye.
El escueto documento generó discusión en el mundo. ¿Realmente alguien que durante toda la campaña presidencial estadounidense llenó de elogios el muro israelí tiene esa supuesta voluntad de paz? Por ahora son muy pocas las respuestas, pero el consenso de académicos y medios de comunicación es que no se verá nada nuevo.
“Más allá de cuatro generalidades no se sabe en qué consiste la política exterior de Trump. Probablemente el presidente norteamericano tampoco. Pero Israel y Palestina no pueden llamarse a engaño. Una gana y otra pierde”, las palabras del columnista Miguel Ángel Bastenier en El País de España resumen en buena parte ese escepticismo frente a los gestos de Trump.
En diálogo con EL COLOMBIANO, distintos expertos expresaron su opinión sobre lo que depara a los palestinos la presencia de Trump en el máximo cargo de EE. UU.
“Supongo que los asesores le han hecho saber a Trump que él también tiene que tener cuidado con otros actores a nivel internacional. Arabia Saudita está siempre pendiente de ese tema, también Rusia está interesada en resolver ese conflicto. Por supuesto que no puede decir ‘yo me mando solo’. Necesita consultar. Pero ese consultar no significa, de ninguna manera, un avance significativo”, consideró Víctor de Currea-Lugo, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional.
“De hecho yo soy pesimista al respecto. Me parece que podría ser una acción eminentemente burocrática y de ninguna manera creo que Trump se vaya a desmarcar de su postura israelí — a favor de un diálogo directo con Palestina—. No creo que le interese la paz en la región”, agregó.
Marcos Peckel, profesor de la Universidad Externado y director ejecutivo de la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, afirmó que aún es muy pronto para saber qué enfoque tendrá el magnate frente al conflicto: “Trump está actuando con mucha prudencia. Apenas está explorando la situación, las posibilidades que hay de una negociación. Es prematuro determinar cuál será su enfoque”.
Patricio Navia, analista político y docente de la Universidad de Nueva York (NYU), ve los gestos de Trump para buscar un diálogo más como cálculos en política interna.
“En todos los ámbitos, Trump está en una dinámica de generar mucho ruido en los medios, pero no de solucionar problemas de verdad. No creo que vaya a pasar nada respecto al conflicto palestino-israelí. Lo que le interesa a él es tener impacto mediático en EE. UU, pero no lo veo solucionando problemas en Medio Oriente”, explicó.
Por ahora, mientras que Trump no dé muestras reales de una mediación objetiva, ecuánime con los dos bandos, su gesto hacia Abbas se seguirá considerando discurso.
Salsero a ultranza. Volante de salida. San Lázaro me protege antes del cierre. Máster en Periodismo - El Mundo (España). Redactor Internacional - El Colombiano.