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Un terremoto de magnitud 9,0 Mw, parecía no obstante común para los japoneses el 11 de marzo de 2011. El posterior tsunami que generó alertas en casi toda la costa este de la principal isla nipona, Honshū, ya asustaba más a la población —así gran parte de las muertes que dejó el agua aquel fatídico día fueran porque aún se subestimaba su amenaza—. Pero cuando el desastre se tornó nuclear, Japón supo que estaba envuelto en una de las peores tragedias de su historia.
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Hoy, cinco años después de los acontecimientos que dejaron 15.894 muertos y 2.562 desaparecidos, y que suscitaron luto en todo el mundo, el país no ha sanado del todo sus heridas y sigue trabajando para que algún día se pueda decir que todo lo referente al tsunami y a Fukushima es pasado.
El primer ministro, Shinzo Abe, afirmó ayer en rueda de prensa que “los trabajos de reconstrucción en zonas afectadas se han acelerado”, aunque admitió que hay “mucha gente que continúa en una situación muy dura por no poder regresar a sus hogares”.
Por su parte, la empresa Tokyo Electric Power (Tepco), reiteró su pedido de disculpas a las víctimas y sus familiares por infravalorar el riesgo de los acontecimientos que estaban en curso desde las 14:45 horas de ese nublado viernes.
“Es verdad que no seguimos el manual que especifica los indicadores clave en las distintas fases de fusión del núcleo. Lo lamentamos mucho”, dijo Naomi Hirose, presidente de la firma propietaria de Tepco, ante el Parlamento, en referencia a que el asunto radiactivo más grave del desastre se pudo haber evitado.
Entretanto, en las localidades que sufrieron el tsunami y que estuvieron cerca a las nubes radiactivas, la gente busca que retornen visitantes y que las actividades de lo que fueron lugares alegres y prósperos vuelvan a la normalidad.
“Cinco años después, los vecinos que hasta ahora han evitado venir a la playa han retornado. Quiero que este sea un sitio donde la gente pueda disfrutar de nuevo”, dijo a la agencia Kyodo Yumi Suzuk, del Club de Surf de Rikuzentakata.
¿Dejó lecciones dicha tragedia para el mundo? Para el escritor e internacionalista Enrique Serrano, “el hecho disuadió a una parte del globo de no usar energía nuclear, tal como se vio en Alemania con el cierre de sus reactores”.
“No obstante, creo que hay países que han hecho una apuesta tan fuerte por esta energía que ya es irreversible. Lo que debe ocurrir es que se debe seguir investigando para que su uso sea completamente seguro y deje de ser imperfecto, porque es cierto que sí tiene un futuro promisorio, aunque con costos de investigación considerables”, .dijo.
Salsero a ultranza. Volante de salida. San Lázaro me protege antes del cierre. Máster en Periodismo - El Mundo (España). Redactor Internacional - El Colombiano.